35. ¿Por qué...? | Final

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Narra Luke Hemmings:

Los días parecen ir cada vez más lentos. Estos dos meses, casi tres, se sienten como si fuera un año. Todo parece más difícil, oscuro, sin resolución. Cuento los días desde que la perdí, y quiero golpearme la cabeza contra la pared cada vez que me acuerdo. Pienso que todo es absurdo y simplemente me quedo encerrado en la habitación preguntándome por qué ha pasado todo. Por qué a ella.

Ahora no hago más que sentarme y ahogarme en alcohol. Y sé que es lo más patético que puedo hacer, pero es como si me adormeciera, y así no pienso en lo ocurrido. Creí tener una fortaleza mayor, pero veo que no es así. Lo único que me acompaña ahora es la botella del alcohol más fuerte que encontré y el amargo recuerdo de los días que pasé junto a ella.

Al fin había encontrado alguien que me hacía feliz, que me complementaba. Ella me hacía enojar y sonreír en menos de cinco minutos, era como magia. Nunca me sentí tan bien estando junto a alguien. Sentía que realmente, al fin, encontré a la chica que tanto estaba buscando. Ella era todo lo que necesitaba. Tenía un corazón de oro, era una hermosa persona, y tuvo que irse. Me dejó solo e infeliz, como el maldito inservible y patético que soy. No... Ella no me dejó. Me la arrebataron. Le arrebataron el derecho de vivir. Era joven y merecía vivir, ser feliz. Pero no pudo. Y en parte es mi culpa. Yo la descuidé, no serví para encontrarla, y tampoco para sacarla de ese lugar con vida. Y eso, a veces, hace que me deteste a mí mismo.

El sonido de la puerta interrumpe mi momento de infelicidad reflexiva, haciendo que suelte un bufido. Lo único que he deseado en estos días es poder pensar en paz solo. Tener un momento conmigo mismo para tratar de asimilar todo.

Ni siquiera me molesto en levantar la cabeza para ver quién es. Sé perfectamente que es Michael con uno de sus discursos o con comida. Ha estado tratando de alimentarme o subirme el ánimo en estos últimos días solitarios y grises, pero no he aceptado su ayuda. No me interesa eso ahora. Sólo quiero estar solo.

–Venga, Luke, arriba. Hazle un favor a mis fosas nasales y ve a darte una ducha, apestas –Dice, dándome palmadas bruscas en la espalda.

Él tampoco está teniendo los mejores días de todos. Está de mal humor, igual que yo, por lo que solemos pelear muchas veces en la semana. Él logra demostrar que afronta esto mejor que yo, pero le duele haberla perdido. A todos nos ha dolido.

–Lárgate –Murmuro, con la voz ronca y rasposa. Lo miro de reojo, prácticamente con desprecio.

Me odio por hacerle esto a Michael, pero no encuentro otra forma para espantarlo más que la de ser un completo borde y asqueroso en todo sentido. Pero es Michael y no se rinde tan fácil. Tal vez sólo deba dejar que me ayude, pero es difícil. Nada de lo que diga o haga la traerá de vuelta.

–Tu madre llamó y dijo que te esperaba esta noche para cenar –Me cuenta, caminando sin rumbo por mi habitación.

–No iré –Suelto, seco, sin levantar la cabeza aún.

–No me interesa si vas o no, yo iré, también me han invitado –Responde, sin tratar de ser amable –. Pero te haría bien salir. Ella no hubiese querido que te la pasaras lamentándote por todo y encerrándote aquí, alejado de todos.

–Vete –Le pido, serio.

Siento su mirada sobre mí, pero ni siquiera me volteo para verlo. Él gira sobre sus talones y sale, dejándome otra vez solo, justo como quiero estar.

Protective | l.h (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora