Capítulo 14 "Desagradecido"

616 59 103
                                    

Paul no sabía cómo reaccionar o que decir, únicamente, sentía todos los nervios de punta y una presión inimaginable, ¿Qué le pasaba a Jane? ¿Por qué suscitó esa situación? Freda no dejaba de llorar, los otros Beatles también estaban sin poder creer o escuchar nada, Ringo se mordía las uñas, John movía las piernas, George sentía las lágrimas correr por sus mejillas. Pero ninguno de ellos estaba tan desesperado y acojonado como Paul.

—Ella...

— ¿Qué ha pasado, Freda?—Paul gritó lleno de angustia.

—Ella...

— ¡Dime de una vez!

—Es que Jane...

— ¿Quién le hizo esto?—Paul estaba tan frustrado que no le dejaba continuar.

—Linda...

— ¿Qué le hizo?—interrumpió John.

—Pelearon y...—seguía llorando— Linda enloqueció.

— ¿Cómo sabía que Jane iba a ir?—cuestionó George.

—No lo sé... pero Jane...

— ¿Cómo está ella?—irrumpió Ringo.

—Ella...

— ¡No nos dejes con la duda y sigue por favor!—pidió Paul.

—Bueno... es que...

— ¿Qué te ha dicho el doctor?

—Es doctora, se llama Delia Swanson.

—Lo que sea...—John rodó los ojos— ¿Qué te dijo?

—Es que...

— ¿Cómo está Jane?—Paul seguía preguntando.

—Jane...—Freda se limpiaba los ojos.

— ¡Jane!—gritaron los cuatro.

—La doctora dijo que...

— ¡Dinos ya! ¡Freda!—Paul no podía con la presión.

—Es complicado... porque Jane...

— ¿Qué le ha pasado?—George tampoco podía con la curiosidad.

—No sé si sea...

— ¡¡Freda!!—gritaron los cuatro.

— ¡Beatles!—respondió.

—Basta de rodeos, ¡Dinos ya!—Paul ya hasta se estaba arrancando el cabello.

—Es algo tan difícil... no puedo creer que Linda haya sido capaz.

— ¿Qué le hizo?—preguntó Ringo.

—Algo totalmente fuera de lugar, le tiró el mueble de platos de vidrio encima, con todo y alacena.

— ¡Dios Santo!—Paul comprendió la gravedad de sus acciones al escuchar las consecuencias de ellas— ¿Qué he hecho?

—. ¡Puras locuras, McCartney!—George le reclamó— ¡Tú tienes la culpa de esta locura! Ahora... ¡No sabemos cómo está Jane!

—Cierto—habló John— Freda, ¿Qué le ha pasado a Jane?

—Es que... ella...—Freda seguía sollozando y hablaba con debilidad.

—Mira, Harrison—Paul se enojó—. Dime, ¿Por qué yo tengo la culpa?

—Eres un perro faldero y embustero—reprochó George sin pelos en la lengua—, ¡Jugaste con ambas peor que como lo hizo Scott!

Si Jane hubiera dicho "Sí" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora