Narra Alv:
Allá voy. Escaleras arriba de la mano de una niña de tres años que me quiere enseñar los juguetes. Cuando se abre la puerta veo como Hugo coge en brazos a su hija y me tiende la mano.
- ¿Ya has hecho amigos Laurita? Alv, hoy no te preocupes por mí. Estoy de tu lado. Si te has ganado a mi hija ya me caes bien. –Uf, uno menos.
Entro al salón de la mano de Ana y sólo conozco a Sara y Álvaro. De repente Ana empieza a decir nombres que me van dando dos besos y la mano: primero Alicia, la madre de Ana y mi suegra; Saúl, el novio de Gemma; Sofía, la mujer de Hugo; Clara y Darío, los padres de Álvaro; y... ¿Dónde está el padre de Ana?
- Jaime se está vistiendo, ahora sale. –anuncia Alicia. Dios, lo que se hace de rogar. Se me va a salir el corazón del pecho. –Mira, ya viene.
- Hola. –dice.
- Papá, éste es Alv, Alv él es mi padre, Jaime. –le tiendo la mano y él me la acepta. Aunque la mala mirada no falta.
- Encantado. –digo.
- Igualmente. –dice forzado. Ay, me están entrando ganas de vomitar.
- Bueno, ¿bajamos para no estar tan apretados? Ana, id a por la maleta de Alv y la lleváis a tu habitación. –mi suegra rompe la tensión de la sala.
- ¿Cómo que a su habitación? –salta Jaime. -¿No iba a dormir en la de Hugo?
- Jaime no seas antiguo por el amor de Dios. Como si no hubiesen dormido juntos ya.
Oigo toser por detrás a Hugo, ¡será capullo! Ana me coge de la mano y me lleva escaleras abajo para recoger mi maleta. En estos momentos la quiero tanto, más de lo normal, por sacarme de ahí.
- Anda, si has recuperado tu tono de piel. –me dice.
- Ja-ja, qué graciosa, ¿no? Casi me da un patatús cuando ha entrado tu padre por la puerta. No paraba de mirarme mal.
- Pero lo has soportado como un hombre. Estoy orgullosa de ti Gango. –se burla de mí.
Si no fuera porque estamos subiendo las escaleras y se oye todo, la desnudaría aquí mismo. ¿Por qué me pone tanto que me vacilen? No lo sé pero tengo que decirla que lo haga cuando estemos solos.
- Como te sigas riendo de mí voy a tener que desnudarte aquí mismo. –le digo al oído para que no nos oiga toda la casa.
- Como vuelvas a poner esa voz tan follable voy a tener que hacer lo mismo. Por cierto, ésta es mi habitación.
Wow, cama de matrimonio. Yo que tenía la esperanza de dormir apretados...
Narra Ana:
Alv cierra la puerta de mi habitación y se vuelve hacia mí.
- Hola, ¿cuánto tiempo no? –me dice y me abraza. Yo hago lo propio.
- Bastante. Pensaba que estando mi padre por aquí rondando no ibas a atreverte a tocarme.
- ¡¿Una semana sin tocarte?! ¿Qué clase de tortura es esa? –reímos los dos –Por cierto, la cama parece muy cómoda, habrá que probarla, ¿no?
- ¿No querrás probarla ahora? Porque como tardemos mucho más en bajar va a venir mi padre y te va a tirar por la ventana.
Ha sido escuchar la palabra "padre" y se le ha puesto la piel de gallina.
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Nota mental: Los príncipes azules no existen
FanfictionAna está pasando un momento de bloqueo en su vida, su última relación fue un auténtico desastre y no puede olvidarla. Decide pasar una parte de su verano en Madrid, desconectar e intentar olvidar junto a su amiga Sara. Álvaro decidió dedicar su...