Narra Alv:
- Vale chicos, muy buen ensayo. Hemos acabado. Mañana nos vemos. –nos dice Oliver. Bueno, más bien nos grita. ¡Vaya voz! Ana, que está a su lado, se ha tenido que quedar sorda.
Todos bajan a los camerinos y yo me quedo en el escenario, sentado en una silla de escritorio que pertenece al attrezzo de la última escena que hemos ensayado.
- ¿No te cambias y recoges tus cosas? –me pregunta Ana todavía desde su sitio.
- Estaba esperando a que subieses y me dieses un beso. –contesto.
- ¿Y por qué tengo que subir yo? –me reta con la mirada.
- Estás hoy preguntona, ¿eh?
Doy un salto desde el borde del escenario hasta el pasillo de butacas y me subo encima de una de las de la primera fila. Voy saltando hasta llegar a la cuarta fila, dónde se encuentra Ana. Cuando llego me siento en el respaldo de la butaca que se encuentra justo en frente de ella y apoyo mis pies en sus reposa brazos.
- Hola. –digo con voz sexy. Sé que la encanta esa voz. Le tiendo mis manos para que se ponga en pie y ella las acepta. Nos damos un beso pasional mientras yo la rodeo la cintura con mis brazos y ella hace lo mismo con mi cuello. Dios, si no fuera porque hay gente abajo...
- Para, para. Que como sigas vamos a tener que bajar a tu camerino y dejar la comida de equipo para otro día.
- ¡Mierda, la comida de equipo! Como lleguemos tarde nos matan.
Dejo a Ana en su asiento y bajo corriendo al camerino. Se me había olvidado por completo. Son las dos y media, ¡y todavía tenemos que ir a la casa de Carlos! Bueno, siempre puedo decir que el ensayo se ha retrasado un rato más. Veo como todos salen para irse a casa ya. La última en subir las escaleras es Sara.
- Vais a llegar tarde. –me dice.
- Si te preguntan, el ensayo se ha retrasado. –pongo las palmas de las mano juntas pidiéndola que sea discreta.
Cierra la "cremallera" de su boca y "tira" la llave.
Narra Ana:
Sara aparece por el fondo del escenario, detrás del resto. Creo que es la última.
- No queda nadie más abajo y creo que Alv va a decir que se ha retrasado el ensayo. Prometo no chivarme. Le digo al conserje que os habéis quedado repasando texto y que espere media hora para cerrar el teatro, ¿vale? ¡Y ahora hazme el favor de bajar corriendo! –me "ordena" mi amiga mientras yo doy gracias.
Bajo como una loca las escaleras antes de que Alv cierre el camerino y se arrepienta de decir que llegamos tarde. Me apoyo en el marco de la puerta:
- ¿Sabes que he leído en la Cosmopolitan que quedarse con las ganas significa que la pareja está perdiendo la magia? –le pico.
- ¿Qué? –me pregunta. Yo sólo asiento. Viene hacia mí y me coge. Yo le rodeo la cintura con mis piernas. -¿Sabes dónde dejo yo la Cosmopolitan? –me besa mientras me apoya sobre el tocador. –A ver, de aquí a casa de Carlos hay veinte minutos en coche, si decimos que se ha retrasado el ensayo y...
- Sobra. –le digo con ojitos.
- Sobra. –me dice con una mirada pícara.
Me empieza a besar todo el cuerpo mientras yo meto la mano en el bolsillo trasero de su pantalón. Sabía yo que estaba ahí. Siempre tiene en ese bolsillo por si acaso.
A los quince minutos estamos saliendo por la puerta del teatro y diciéndole al conserje que ya puede cerrar. Alv conduce un poquito más deprisa de lo normal y no tenemos ni que poner excusa. Son las 14:59 cuando llamamos al timbre.
- ¡K, estate quieto! ¡Tira adentro! –se le oye a Carlos desde fuera. Se abre la puerta. -¡Anda! Sois los primeros. Yo creía que ibais a llegar los últimos pero parece que el horario Auryn sigue vigente. –Carlos nos recibe con un mandil de piñas y una espumadera en la mano. No puedo evitar que me de la risa.
- Carlos, ¿en serio cocinas así? –pregunta Alv, que está como yo.
- Hoy me he puesto el mandil de gala para vosotros. Venga pasad antes de que se escape el gato y me toque buscarlo por todo Madrid.
Pasamos al salón porque no nos deja entrar en la cocina, dice que es su receta secreta. Nos sentamos en el sofá y vemos a K. Alv va a acariciarlo pero le rehúye.
- ¡K! –lo llamo. Se acerca a mí, le acaricio la cabeza y se sube en mis piernas. -¡Anda! Parece que he pasado la prueba.
- ¡Será cabrón! No, si está claro que tonto no es. –Espera, ¿Alv está celoso de K?
- ¿Estás celoso de un gato? ¿En serio Gango? –me río.
Llaman al timbre y se oye a Carlos de fondo:
- ¡Álvaro! Abre tú que yo estoy ocupado.
- ¡Voy! –grita también éste –Que conste que esto no va a quedar así amiguito, no me vas a robar a la novia. –le dice desafiante a K. Está celoso.
Abro la puerta y les veo. Después de tanto tiempo, por fin estamos juntos. Había quedado con todos por separado durante todos estos años. Pero no nos habíamos vuelto a juntar todos. La sensación es increíble. Les abrazo uno por uno y cuando termino Carlos sale de la cocina. Nos miramos y, cómo si nos hubiésemos leído la mente, nos damos un abrazo. Los cinco. Después de mucho tiempo. De repente se oye un "click".
- ¡Seh! Por fin.
Todos nos damos la vuelta. ¡Nos ha hecho una foto!
- No quiero paparazis en mi casa, eh. –le dice Carlos.
- Era inevitable, lo siento mucho.
- Pues yo esa foto la quiero. ¡Ya era hora de que nos juntáramos coño! –dice Blas.
Sí, ya era hora y yo lo echaba mucho de menos. Les echaba mucho de menos. Es hora de presentar a mi segunda familia y a mi novia en condiciones. Sí la segunda familia antes que la primera. Me suena la notificación de WhatsApp:
Mamá: Alvarito, ¿no crees que ya es hora de que me presentes a tu novia? El sábado venís a comer a casa.
Alv: ¿Viene papá?
Mamá: Sí, aunque estemos separados tenemos el mismo derecho de conocer a tu novia, ¿no?
Alv: Luego te llamo mamá.
Parece que mi primera familia también va a conocerla. Ya le daré la noticia a Ana en casa. No quiero que estos cuenten anécdotas antes de tiempo.
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Nota mental: Los príncipes azules no existen
FanfictionAna está pasando un momento de bloqueo en su vida, su última relación fue un auténtico desastre y no puede olvidarla. Decide pasar una parte de su verano en Madrid, desconectar e intentar olvidar junto a su amiga Sara. Álvaro decidió dedicar su...