Narra Alv:
Son las cinco de la mañana y acabamos de llegar a casa de Sara. Al final, no sé cómo, pero Rober nos pilló e insinuó que cuando lo hagamos en público nos aseguremos de que nadie mira. En ese momento ambos queríamos que la tierra nos tragase. Ana casi me mata por, según ella, "incitarla a hacer cosas al aire libre", pero sé que en realidad se moría de ganas al igual que yo. Aunque Rober nos haya pillado, no me arrepiento de nada. Y sé que ella tampoco.
Durante todo el camino no hemos parado de "hacer manitas", como diría mi abuela. Los padres de nuestra anfitriona se han ido de vacaciones este fin de semana, así que tenemos la casa para los cuatro solos. No sé si ha sido por las ganas que tienen ellos o por las que se nos notan a nosotros, pero nos han mandado a la planta de arriba y ellos se han quedado en la baja.
- Si cerráis la puerta, no se oye nada. –nos ha dicho Sara antes de meterse en la habitación con Álvaro. Ella también ha cerrado la puerta. Aunque ellos nos hayan pillado a nosotros y nosotros a ellos no, estoy seguro de que pasión y ganas no les faltan. Sin embargo, saben disimular más.
En cualquier caso, ya podemos hacer cualquier cosa sin tener que preocuparnos de que algún Rober nos pille in fraganti.
Ana sube las escaleras por delante de mí, cogiéndome la mano y tan rápido como la permiten los tacones. No para de mirar hacia abajo y sonreírme. Tengo la sensación de que no me voy a olvidar de éste día, y no por lo que ya ha pasado, sino por lo que está a punto de pasar. Cuando cierro la puerta veo que Ana se está intentado desabrochar la cremallera sin éxito.
- ¿Te ayudo? –le digo.
- Una manita no me vendría nada mal.
Bajo la pequeña cremallera y el vestido desciende sólo por sus curvas. La tela recorre poco a poco su cuerpo hasta llegar al suelo, quedándose prácticamente desnuda de espaldas a mí.
Me acabo de percatar de que no lleva sujetador, ¿cómo no me he dado cuenta antes? Se da la vuelta y admiro aún más su cuerpo semidesnudo, sólo lleva unas braguitas que la quedan como un guante (aunque se las haya quitado antes no me había dado cuenta de lo bien que la quedan), unas pezoneras y los tacones. Creo que me voy a correr sin necesidad de que me toque.
- Oye, ¿tú no llevas demasiada ropa? –viene hacia mí, me quita la corbata y la coloca de tal forma que queda en su canalillo, lo cual hace que me parezca, si cabe, aún más sexy.
Actúo con rapidez hasta que me quedo sólo con los calzoncillos. Entonces cojo su cuerpo en mis brazos y coloca sus piernas alrededor de mis caderas, todavía con los tacones puestos.
Entre beso y beso me muerde el labio inferior y eso me pone aún más. La dejo sobre la cama para besar cada rincón de su cuerpo. Llego a sus pechos y tengo que pararme, lo necesito. Le quito las pezoneras para poder lamerla un pezón mientras pellizco el otro. Ana tiene la mano enredada en mi pelo y con cada tirón hace que nuestros cuerpos se unan más.
Bajo las manos hasta su sexo. Dios, está tan mojada que, como acto reflejo, meto los dedos. Ana gime tan fuerte que creo que nos han oído abajo, pero eso no me preocupa en este momento. Hago que se retuerza de placer mientras recorro su vientre.
- Alv, voy a...
- Un poquito más. –suplico mientras bajo hasta sus labios.
Lamo su clítoris y se corre. Entonces saboreo todo su momento de éxtasis. Cuando termina muerdo el clítoris.
- Cómo me hagas eso otra vez, me corro de nuevo.
Entonces subo hasta que llego a besarla. Abro el cajón de la mesilla y veo condones. Miro la fecha de caducidad y están recién comprados.
- Menos mal que Sara piensa en nuestra seguridad. –digo.
Ana me quita el condón de la mano y hace que me coloque debajo de ella. Baja hasta que consigue quitarme los calzoncillos y me coge el pene con la mano izquierda. Se lo mete en la boca y lo saca poco a poco. Yo echo la cabeza hacia atrás y cierro los ojos.
- Alv –me llama –quiero que me mires.
Otra vez vuelve a metérselo en la boca, casi por completo hasta que no puede más. La parte que queda fuera la masajea con el pulgar y el índice. Cuando se lo saca, lame la punta y ya sí que no puedo evitar cerrar los ojos.
A continuación, me pide que me incorpore, quedando mi espalda contra el cabecero de la cama. Abre el condón y me lo pone con habilidad. En menos de dos segundos mi polla está completamente dentro de ella. Permanezco así mientras me muerde el labio y me besa. Después sale también con brusquedad, al igual que ha entrado. Entre embestida y embestida masajea mi pene con la mano y lleva las mías hasta ella, una a uno de sus pechos y otra a su entrepierna.
Mordiscos, dentro, fuera, masturbación. Nunca he vivido esto de una forma tan salvaje.
- Ana voy a...
- Sh –me pone el índice en la boca. –quiero que lo hagas dentro de mí.
Entonces acelera el ritmo sin salir completamente. Ya no aguanto más, por mucho que me gustaría estar así hasta la semana que viene o hasta el fin de los tiempos.
Gimo. Gimo como el animal que ha sacado de mí en este momento.
Narra Ana:
- ¿No crees que deberíamos dormir? Son las ocho de la mañana... -aviso a Alv.
- Sigo sin saber dónde has aprendido a follar tan bien y de esta manera. ¿Dónde está la Ana dulce a la que la daba vergüenza masturbarse delante de un espejo?
- Parece que esa Ana ha dado paso a una mejor. Aunque también me sigue gustando el "sexo recatado" eh. No va a ser todo salvaje.
Alv me besa en la punta de la nariz. Justo después de correrse ha presionado mi clítoris con el dedo y he tenido mi tercer orgasmo de la noche. Ahora estamos abrazados, yo apoyada en su pecho, haciendo círculos sobre él, mientras me observa.
- Me pasaría la vida observándote hacer eso.
- ¿Podrías vivir sin sexo? –le pico.
- Bueno, algún hueco encontraría para hacerte el amor.
- ¿Cuándo has pasado de follarme a hacerme el amor, Gango? –me ha dejado picueta, como diría él.
- En el momento en el que supe que eras la mujer de mi vida.
Me besa. Madre mía, me ha dejado sin palabras. ¿Soy la mujer de su vida? ¿En serio acaba de decirlo?
El beso termina y me vuelvo a acomodar en su pecho para dormir.
¿Es Alv el hombre de mi vida? Sí, sin duda.
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Nota mental: Los príncipes azules no existen
FanfictionAna está pasando un momento de bloqueo en su vida, su última relación fue un auténtico desastre y no puede olvidarla. Decide pasar una parte de su verano en Madrid, desconectar e intentar olvidar junto a su amiga Sara. Álvaro decidió dedicar su...