2 Sobreprotector

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Decir que caminar por la calle principal de Busan resultaba agobiante era poco. La gente parecía venir corriendo hacia ellos agarrando su móvil de última generación como si se tratase de un arma, los semáforos intermitentes y la centena de coches ruidosos que los rodeaban suponían una terrible amenaza, incluso el aire que respiraban parecía peligroso.

O quizá tan sólo era una pequeña paranoia de Jungkook, que llevaba su violín colgando de un brazo mientras usaba el otro de escudo para proteger a Taehyung. Éste último lo miraba como si estuviera loco, pero como ya estaba acostumbrado a que se comportara como un ser inhumanamente sobreprotector lo pasó por alto.

-¿Qué le dice una impresora a otra?- preguntó Tae esperando una sonrisa de parte de el otro, acompañado de una respuesta incoherente y un gesto de incertidumbre.

Pero Jungkook seguía mirando al frente mientras esquivaba a la gente, con la mirada cansada clavada en el frente.

-Kook, te estoy hablando- reprochó Taehyung algo molesto.

Jungkook le miró con la boca abierta y el semblante serio.

-Lo siento- se disculpó- Tú tranquilo.

Taehyung se liberó de su brazo.

-Oye, el que se debería tranquilizar eres tú- dijo con el ceño fruncido-. Yo estoy perfectamente, siempre te ríes de mis chistes malos, Kook, ¿Qué te pasa?

Jungkook suspiró aliviado al llegar a un semáforo en verde.

-Nada. Estoy cansado, ya sabes- respondió cabizbajo.

Taehyung entrecerró sospechoso sus ojos almendrado. Aquella mañana se había puesto una camiseta blanca que dejaba su clavícula al descubierto y unos jeans desgastados que no podrían quedarle mejor, quizá para llamar la atención de Kook por una vez en tanto tiempo, pero éste seguía impasible inmerso en su mundo indiferente y extraño.

-Ya, puedo imaginarme por qué- contestó por lo bajo pensando en todas las noches que llevaba sin ir a dormir a casa.

-¿Qué imaginas?- inquirió Jungkook con tono indescriptible; era imposible saber lo que aquel chico pensaba alguna vez, sus expresiones faciales en ocasiones eran nulas.

-Tú sabrás, yo desde luego no tengo ninguna explicación lógica para saber lo que haces por las noches- hizo una pausa-. Y no sé si quiero tenerla.

Jungkook permaneció callado el resto del camino hasta la escuela, siempre seguían aquella rutina. El mayor acompañaba a Taehyung a la escuela y después seguía su camino hasta el metro, donde tocaba el violín durante horas, a pesar de estar tan cansado que no sabía si estaba dormido o despierto.

Taehyung se agachó en algún punto de su camino, a Jungkook le dio un vuelco en el corazón por un segundo pensando que algo malo le ocurría.

-Anda, mira- dijo cogiendo un billete del suelo-. ¡Mil wons!

Jungkook sonrió sin ganas.

-Parece que hoy es tu día de suerte.

Taehyung cogió la mano de Kook y depositó el billete.

-Para el bote de nuestro viaje-dijo con aquella sonrisa en el rostro que deshacía a Kook.

El castaño inmediatamente se lo devolvió haciendo que Taehyung lo metiera en su bolsillo.

-No, claro que no- dijo sobresaltado-. Es tuyo, Tae, no mío. Compra algo rico para cuando vuelvas a casa, Dukbokki, sé que te gusta. Siento darte tantas cosas congeladas para cenar, es como si te estuviera envenenando.

Taehyung bajó la mirada avergonzado, cuando Jungkook era tan adorable se sentía horrible por pensar alguna vez que era egoísta.

-No tienes que fingir que no nos falta el dinero, Kook- dijo jugando con un hilillo de su camiseta-. No soy idiota.

Jungkook sintió una punzada de dolor y llevó la mano a la mejilla de Tae para que levantara la mirada.

-Oye, Tae, ya sé que no eres idiota- dijo despacio-. Lo estamos haciendo lo mejor que podemos, ¿de acuerdo?

-No hables en plural, tú eres el único que hace algo para que podamos seguir adelante- dijo decaído-. Yo no hago nada.

-Bastante haces con seguir en mi vida.

Jungkook odiaba las cursilerías y Taehyung lo sabía, de modo que en esas circunstancias no podía hacer más que sonrojarse. Cogió la mano del chico y la acarició, pero entonces se dio cuenta de que sus dedos eran rugosos, se fijó en las heridas de sus nudillos.

Miró a Jungkook buscando una explicación.

-¿Es eso lo que haces cuando pasas las noches fuera, pelear con la gente?- preguntó Taehyung arrugando la cara.

-No, Tae, no peleo con nadie.

-Y supongo que no me queda mas opción que creerte.

El sentimiento de incertidumbre e inseguridad en Taehyung volvió a aflorar.

-Siempre tienes opción a creer lo que quieras- respondió Jungkook sin saber que decir.

Antes de darse la vuelta para entrar a la escuela, Tae dijo unas últimas palabras.

-No tengo esperanza de verte esta noche, solo te pido que tengas cuidado- dijo preocupado.

Parecía muy decidido al voltearse y andar sin detenerse, pero no pudo evitar correr de vuelta hacia Jungkook a medio camino para depositar un beso en su mejilla y decir con sus palabras mas sinceras que lo echaba de menos.

Lo echaba terriblemente de menos, pero Jungkook pensaba que aquello era necesario para no echarlo de menos en un próximo futuro que esperó que nunca llegara.







Stradivarius 🎵 Kookmin/KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora