Boy drives _____

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Jungkook tenía un coche. Un coche anciano. Tenía más años que él y que sus generaciones pasadas, estaba convencido de aquello.

Nunca lo usaba pues temía que las ruedas se destartalaran según conducía por la carretera, la chapa era tan vieja que se caía a trozos, como ocurría con todas las cosas que el chico poseía.

Pero aquel día, aquel amargo día de Invierno, no tuvo más opción que calentar de nuevo el motor para llevar a Taehyung al hospital.

Entonces se encontraba en el parking, congelándose, pequeños carámbanos transparentes inmovilizaban los parabrisas que luchaban fuertemente para partir el hielo en su vago y reticente movimiento oscilante.

Jimin tuvo intenciones de sentarse en el asiento del conductor.

-No. Conduciré yo- anunció Jungkook seguro de si mismo, con la voz ronca por sus recientes gritos.

El rubio frunció el ceño, trató de dar pequeños saltitos para evitar morir de frío.

-¿Estás seguro?

Jungkook hizo caso omiso a su pregunta, la afirmo mediante sentarse en el cochambroso asiento color bergamota desvaído y agarrar con manos firmes el volante.

Cerró la pesada puerta en las narices de Jimin.

Desde luego el mayor no era nada caballeroso.

El rubio, desconcertado, rodeó el coche para sentarse en el asiento del copiloto, entrando apresurado para resguardarse en el interior del aislante vehículo.

Jungkook miró al frente mientras tamborileaba el volante, mirando intensamente las ventanas pretendiendo ser capaz de ver algo a través de la gruesa capa de hielo.

Estaba perdido.

Jimin se dio cuenta de esto y alargó su pequeña mano para ponerla sobre su hombro, con lástima.

Cualquier rastro de comicidad en el chico había muerto hace tiempo.

Jungkook se estremeció.

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó Jimin en un susurro.

Se hizo un incómodo silencio, trataban de concentrarse en el desagradable sonido del motor tratando de encenderse.

-Voto por desaparecer- dijo Jungkook.

-¿Qué haría yo entonces?- Jimin estaba asustado.

-Nada, absolutamente nada- respondió Jungkook- Tú no dependes de mi, tan solo quieres pensarlo.

-No lo pienso, lo sé.

Jimin hizo amago de acercarse al chico dentro del reducido espacio; quería tenerlo, quería sentirlo. No pensaba en la noticia que acababan de darle a Jungkook, tan solo pensaba en saciar su tremenda sed.

Acarició al castaño por encima de su abrigo, tras ello pasó a su cuello.

El chico no se inmutó, estaba demasiado exhausto como para negarse.

Tan solo dejó las manos muertas a ambos lados del asiento.

Jimin cerró los ojos y depositó un tembloroso y extraño beso en la clavícula de Jungkook, a lo que este respondió con un inclinamiento de cabeza y un pesado suspiro.

Jimin continuó haciendo su labor, delicada y cariñosamente.

Entonces Jungkook le hizo detenerse para agarrar con violencia su rostro entre sus manos y juntar en el acto sus labios con los de él; más bien profanarlos.

Jimin ahogó un grito por el inesperado beso, pero se dejó llevar acariciando nervioso la cintura de Jungkook.

El castaño le besaba con tal intensidad que le dolía. Aquello no tenía nada que ver con la dulzura que habían experimentado hacía unas noches. El castaño tan solo buscaba liberar su furia en aquella ocasión.

Stradivarius 🎵 Kookmin/KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora