(Solo hazlo)
Creo que debo remarcar el hecho de que lo que restó de las "vacaciones" no utilicé ninguno de los trajes de baño que Gemma me había empacado salvo una vez... y eso porque no pude resistir probar la alberca privada, Rayrick y yo habíamos estado platicando un buen rato. Estaría mintiendo si dijese que no me tuvo pensando el asunto de Rose, y más de una vez quise preguntarle a Raymond, pero decidí que tendría que resolver un problema a la vez... y Gavril estaba en la cima de mi lista de problemas, luego si seguía en América, podría preocuparme por averiguar sobre Rose y Clarissa y si tenían alguna relación.
Por otro lado, estaba segura de que Gavril se pondría a investigar todo lo que pudiera desde que me había dejado de ver, como el hecho de que había sido roomie de Andy por un tiempo. Sabía que de alguna manera, daría con mi paradero exacto en la Universidad e incluso en ese momento, un pensamiento horrible me atacó, no solo estaba involucrada con la Familia Borgbier, Tiffanny y el resto de Delta Gamma también corrían cierto grado de peligro. Pensar en eso solo lograba ponerme nerviosa. Gavril tenía contactos en todos lados, finalmente, el negocio de su familia se lo permitía. Y aún con todo, estaba intentando concentrarme en mi trabajo principal, hacerle creer que con Raymond y Clary éramos una familia feliz, no pasaba un momento en que no recordara las palabras de Gemma antes de irme a Miami, ambas sabíamos que esto era un juego de muerte para mi corazón, y en sus ojos pude leer el miedo por mi, por mi corazón.
—¿Alguien más sabe lo que sucedió con Gavril? —me había preguntado Raymond mientras estábamos sentados en la cama ya casi listos para dormir.
—Solo Gemma, bueno, Stella se enteró durante la llamada de Gavril en Navidad, pero jamás tuve el valor o el coraje de decirle a nadie lo que había pasado. Es humillante y a pesar del tiempo, sigue siendo un asunto vergonzoso para mí —dije con la cabeza gacha, sin mirarle a los ojos, lo que decía era verdad. Sentí como se movió la cama y entonces él levantó mi mentón y me hizo mirarlo a esos ojos azules que tantas veces me hacían perderme en ellos.
—Cathy, no tienes de qué avergonzarte, no fue tu culpa y jamás lo será, no es tu error, y aquel que diga lo contrario es imbécil —dijo Raymond con una voz tan seria pero tierna que no pude refutarle nada.
Después de eso, Raymond supo que no diría más y desvió el tema hacia mi infancia en Grecia, le narré muchos de mis mejores y peores momentos.
—No te veo como una chica mala, te juro que no te imagino así —dijo él divertido.
—Oh créeme, cuando recién nos declararon las Reinas de Grecia éramos terribles, incluso Gemma y yo terminamos detenidas en Mónaco.
—Pero si ambas tienen cara de niñas buenas.
—No somos lo que parecemos Rayrick —añadí riendo mirándolo divertido.
Admiraba esa capacidad que tenía Raymond de hacerme cambiar de ánimo tan rápido, ya fuera para bien o para mal.
Ambos estábamos cansados, esa noche habíamos decido quedarnos en el hotel y disfrutar la piscina privada. Y al mirar la luna, no había podido evitar recordar la noche anterior, habíamos terminado yendo a la playa para cubrir cualquier sospecha con Rose, habíamos disfrutado bastante el baile, yo en particular pues Raymond se la había pasado con los colores en el rostro la mayor parte, era algo que definitivamente debería contarle a las chicas, seguro se reirían tanto como lo había hecho yo en su momento.
—Princessa, cuando te despiertes mañana, no quiero teatros... lo pensé y creo que las mejores parejas siempre son amigos, mira a mis padres o a Raphael y Dafne. Ellos se tratan como amigos, porque lo son. Y si simplemente nos tratamos como amigos, no tendremos que preocuparnos por que sea creíble o no la actuación frente a Gavril. Somos amigos, así que técnicamente no fingiríamos nada.
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La Ilusión de una Verdad |ECAP 1|
ChickLitPrimera parte de la saga: El Camino al Paraíso. Aunque te vallas, sabes que jamás podrás huir de tu pasado, porque es precisamente ese pasado, el que te hace ser quien eres. Eso, Cathalinna Capaldi lo tenía muy presente, y sin embargo, no le impedí...