(Son cosas de Chicas)
El segundo partido también lo ganó Columbia contra las Águilas de Michigan, así que los ánimos estaban bastante altos en la universidad, el siguiente partido sería contra Yale y la competitividad se respiraba en toda la Familia Angelical.
Raymond aún tenía curiosidad sobre Samantha y David, pero no preguntaba mucho. Esperaba que las dudas quedaran un poco más claras para él después de la visita de hoy. Teníamos la casa impecable para recibir a las visitas y por fin los pisos de todas las terrazas estaban pulidas...
Había hecho a Clary bañarse temprano y acicalarse el cabello, Raymond ya también estaba aseado y fresco cuando yo salí del vestidor lista para recibir a las visitas.
—¿Tienen niños? —inquirió Clary mientras acomodábamos las galletas de algodón que habíamos horneado esa mañana.
—Sí, dos, una niña y un niño —le expliqué.
—¿Son pequeños o grandes?
—Supongo que pequeños —le dije después de hacer mentalmente cuentas sobre cuanto tiempo llevaba Samantha fuera de Grecia.
—Espero que no sean desastrosos —dijo pensativa— porque luego soy yo quien tiene que recoger todo.Raymond y yo la miramos divertidos y aguantamos la risa cuando ella salió de la cocina rumbo a su habitación.
—Entonces... es hija de tu nana —dijo Raymond aprovechando la hora de las preguntas.
—Sí, ella es la mayor, Rodrigo alrededor de dos meses mayor que yo.
—¿Y vivieron juntos en Grecia?
—Pues, convivíamos bastante, pero ellos vivían en las casas de servicio, además de que no iban a la misma escuela que Gemma y yo. Comíamos juntos y jugábamos los fines de semana...—¿Cuándo se fue ella de Grecia? —inquirió Raymond preparando la mesa.
—No lo recuerdo exactamente yo debía de tener alrededor de diez cuando ella se fue a México con sus abuelos, desde ahí no supimos mucho más de ella. Rodrigo se quedó en Grecia con mi nana.En ese momento se abrieron las puertas del ascensor. Raymond y yo nos acercamos y Clary llegó corriendo y acicalándose el cabello para verse lo más presentable posible.
—Hola Sam —saludé a la recién llegada.
—Hola pequeña Cathy, es bueno verte —dijo observándome de cabeza a pies.
—A tí también Sam.
—Hola Raymond —saludó David y Raymond le devolvió el saludo.—Estos son Elizabeth y Santhiago —presentó Samantha.
Me agaché para poder saludar a los niños. Eran dos pequeños encantadores, el niño tenía unos ojos castaños claro muy lindos enmarcados por unas largas pestañas características de la familia de Sam y la niña no se quedaba atrás, con la ligera diferencia de que ella tenía los ojos obscuros como Samantha, pero ambos conservaban el espeso cabello negro de los Carbajal.
—Hola niños, yo también tengo alguien para presentarles —dije mirando a Clary— ella es mi hija Clary —dije abrazándola— Nena, ellos son Santhiago y Elizabeth. Son algo así como mis sobrinos.
Clary se acercó a ellos y se presentó de la forma más extraña que le había visto.
—Hola, soy Clarissa Monserrat Rickford, tengo seis años, mi cumpleaños es el 2 de noviembre, me gusta bailar ballet, mi princesa favorita es Cinderella y Maleficent se acaba de convertir en mi villana favorita. Odio el color rosa, pero me gusta el azul, mi animal favorito es el cisne, no me gusta que destrozen mis cosas —dijo con la mirada entornada hacia los niños, pero enseguida la suavizó— pero tienen permitido tocar todo, siempre que lo regresen a su lugar o mi mamá me mata. Bienvenidos, mi casa es su casa, mi habitación su habitación y mis juguetes son los suyos... bueno, solo mientras están aquí, no pueden llevarse nada de recuerdito.
ESTÁS LEYENDO
La Ilusión de una Verdad |ECAP 1|
ChickLitPrimera parte de la saga: El Camino al Paraíso. Aunque te vallas, sabes que jamás podrás huir de tu pasado, porque es precisamente ese pasado, el que te hace ser quien eres. Eso, Cathalinna Capaldi lo tenía muy presente, y sin embargo, no le impedí...