Capitulo 35

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Y al fin hemos llegado al capítulo favorito de todos (CREO)

(Viajes al infierno)

A decir verdad, mi madre seguía dando miedo, mucho miedo a pesar de ya no ser la misma Déborah de antes. Sin embargo, en este momento yo no estaba bien, en otro tiempo, hubiera agachado la cabeza ante su regaño... Ahora no. Había venido a América para alejarme de todo lo que mantenía presa en Grecia. Al igual que Gemma, anhelaba libertad y había sido esa la razón por la que había accedido cuando ella con sus locas ideas había llegado a casa para intentar convencerme de cometer la mayor locura de nuestras vidas.

Y ahora no iba a echarme para atrás, no dependía de mis padres, o no completamente, tal vez aún seguía atada a ellos de cierta forma, pero no a tal forma de irme a Grecia.

—Nada... —decidí contestarle por fin.
—¿Cómo que nada? —dijo ella furiosa.
—Bueno... de hecho si pasó algo por mi cabeza —le dije pensativa, sabía que probablemente estaba cavando mi propia tumba pero aun así decidí tomar el riesgo, y poniendo la mayor expresión de inocencia de la que fui capaz agregué— pasó que había tomado un poco de más en esa fiesta a la cual me habías insistido en ir... argumentando que me divertiría mucho... debo confesar que no te creí al principio, pero terminó por agradarme la idea cuando conocí en la pista de baile a un lindo chico de ojos penetrantes...

—No quiero tus estúpidos cuentos Cathalinna —dijo seca.
—Tú preguntaste, yo solo estoy respondiendo, además... ¿Todo lo que hago es estúpido? No lo sabía... porque a mí me pareció de lo más placentera la experiencia de hacer a mi bebé... no estúpida, de hecho, haberme acostado con Ray es de las cosas más inteligentes que he hecho desde que decidí ser amiga de Andrea... ¡Y que noche...! —dije exagerando— ¿Sabías que fue cuando tuve mi primer orgasmo? A la fecha no me canso de arañarlo y gemir su nombre mientras....

—Suficiente —dijo seria. Yo tenía ganas de reírme... mi madre podía haberme arreglado un matrimonio, pero no podía soportar escuchar a su hija hablar sobre sexo... eso me daba gracia.
—Tú querías saber...
—¿Fue en Grecia? —preguntó alzando las cejas.
—Si... fue en Grecia y en casa de los Soileidis por cierto, te recuerdo que Gilmore, el primo de Gavril fue quien organizó la fiesta —le dije y puse ojos de bebé a punto de llorar— por eso no considero correcto lo del matrimonio arreglado... yo odiaría a alguien que se embarazó de otro en mi cama.
—¡¿Qué?! —dijo Déborah escandalizada.
—Lo siento —dije— era la única habitación desocupada...

Una pequeña sonrisa tiró de las comisuras de mi boca, sabía que estaba desesperándola y que no tardaría en agotar su paciencia. Era divertido hacerla rabiar, más si se coloraba como tomate...

—Cathalinna —dos voces pronunciaron mi nombre al mismo tiempo... una era de mi madre, que seguramente hubiera iniciado un regaño terrible si Ray no me hubiera llamado entrando a la habitación.

—Dime —le dije con ternura a Ray, este era el momento de la prueba final con mi madre.
—Ma... —miró de soslayo a mi madre antes de corregirse rápidamente— El Dr. Bershmont ha dicho que puedes levantarte para ir con Clary.
—Excelente Cielo —le dije y le estiré las manos, él me miró con curiosidad, rodé los ojos, a veces era tan... Gordo...— Ayúdame Cielo, aún me duele levantarme.

Ray se apresuró a llegar a mi lado, una vez estuvo ahí, me sonrió y me guiñó, del lado que mi madre no alcanzaba a ver. Entonces se giró hacia ella.

—Señora Capaldi, lamento no haberme presentado antes, pero como tal vez sepa, no solo debía estar pendiente de Cathy, Clary también está mal, y debía firmar mucho papeleo. Soy Raymond Rickford.

La Ilusión de una Verdad |ECAP 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora