Prefacio

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Nunca sabes lo rápido que pasará el tiempo cuando estés con la persona a la que quieres. Y cuando se acabe, pensarás en todo aquello que aún te quedaba por darle y demostrarle.

Pedimos siempre segundas oportunidades, pero a veces incluso en ésas, volvemos a olvidar que lo importante es aprovechar el tiempo que se nos ha concedido. Fue mi caso...

Quería estar en cualquier otro sitio menos aquí, odiaba este lugar.

Un inmenso reloj se alzaba como monumento a un lado de la plaza de la ciudad, con unas enormes agujas que sonaban como un trueno cuando marcaban un minuto nuevo. Lo miraba y el tiempo no pasaba; pareciera que estuviera riéndose de mí, de lo estúpido que he sido con todo esto.

No había sentido tanto miedo hasta entonces, pues aterrorizado aceptaba lo inevitable y huía de ello. Había algo que no podía parar de pensar, y es que tal vez la vida me hubiera dado solo esos meses para permanecer con ella antes de que desapareciera, de que su alma se evaporara en el aire. Tal vez era eso. Tal vez no debía habérselo contado. Hubiera aprovechado todo momento a su lado, sin importar nada ni nadie. Sin importar que el sol se escondiera y la luna saliera, y tener que separarme de ella entonces; Tal vez el tiempo no quería que evitara nada sino que simplemente me daba esa segunda oportunidad para quererla como nunca nadie iba a poder hacerlo.

No hay vuelta atrás. La voy a perder, como la última vez. La voy a perder para siempre.

Prohibidos: Esclavos del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora