Escapar parte 2

130 16 9
                                    

2:30am y el pequeño ya estaba duchando, vestido, perfumado y listo para mandar a la mierda todo lo que se supone había construido de vida en este país. Tomó a Ruana y sus maletas para ir a dejarlas junto a la puerta de entrada con todo el sigilo del mundo y pasar al cuarto de Río para dejarle la carta explicando todo. Se despidió de su cuarto y salió de casa nervioso pero a la vez emocionado.

Tomó el autobús que iba al aeropuerto y deseo que el chófer pisara el acelerador a fondo para estar allí cuanto antes. Una vez que llegó no le importo que aún faltara media hora para el despegue o que fuera el primer pasajero que había llegado de ese vuelo, solo le importaba el estar en el aeropuerto y pensar que por fin todo lo malo de su adolescencia quedaría atrás. Decidió quedarse abrazado a Ruana y cargar su reproductor de música en lo que se conectaba a la red gratuita del lugar para enviarle un mensaje al pelirosa, aunque sabía perfectamente que no obtendría respuesta en un buen tiempo.

//Buenos días Koi, ya estoy en el aeropuerto de Australia. Estaré allá como a las 11:00am//

Una vez enviado el mensaje soltó un suspiro, había que considerar que hoy era un día especial no solo porque se escapaba de casa sino porque también sería la primera vez que se toparía en vivo y en directo con Koichi. El pequeño no se había puesto a pensar en aquello y ahora que lo había considerado se había puesto realmente nervioso, sus manos tiritaban a sobremanera y su rostro se vio invadido de un suave tono rosa que se veía mucho más intenso debido a su palidez; sin mencionar que involuntariamente se había vestido para una ocasión "especial" con un vestido blanco moteado con lunares negros, zapatos rojos y medias negras y agujereadas agregando también un no tan elaborado maquillaje. ¿Se abría puesto esa ropa a propósito? La verdad no tenía idea porque recién ahora venía a fijarse en su atuendo, ahora que ya no tenía posibilidad de cambiarse.

El aún peliazul se aburría y no podía abordar el avión hasta diez minutos antes del supuesto despegue, desgraciadamente por su leve trastorno de ansiedad ahora tendría que esperar media hora "bien hecho" se dijo en su mente. Decidió pasar por seguridad internacional, en donde se sintió realmente incómodo por la forma en que le toqueteaban en busca de cosas que el no poseía o como manipulaban a Ruana pensando que el osito iba relleno de drogas, el pequeño no pudo aguantar mucho más que tratasen así a su amigo por lo que simplemente lo hizo pasar por los rayos x y que así lo dejarán en paz.

¿Acaso tengo cara de narcotraficante? Con esa pregunta rondándole en la cabeza y sin el bulto de las maletas Meto y Ruana de embarcaron en la mini aventura de recorrer todas las tiendas del aeropuerto. Las de dulces, las de libros, las de juguetes, de música, de tecnología, artesanía, etc. Ahí se entretuvo mientras esperaba que la hora de pasará rápido, por suerte en la tienda de libros también vendías mangas y aprovecho de comprar uno para el corto viaje de siete horas a Japón. Se dirigía a la puerta de embarque cuando sintio su celular vibrar en su mano, reviso si era su madre volviéndose loca por que había huido, aunque dudaba mucho de que ella lo notara, por lo menos en tres días, pero oh sorpresa era nada más y nada menos que Koichi.

// Genial peque, estoy muy emocionado por verte y espero que te guste tu regalo...Nos vemos en unas horas <3 //

No esperaba a que le contestara por lo menos en unas tres horas más, tal vez le había despertado. Al pensar eso último agacho la cabeza, ¿y si le había despertado por culpa de un mensaje que no tendría mucha importancia? Por costumbre antes de responderle releía el mensaje y entonces se dio cuenta ¿un regalo?...¿para mi?,pero... ¿porque me llevaría un regalo? Y para rematar el mensaje le puso un corazón, el pqueño solo sonrió y le contesto con un "No tenías que molestarte", apagó el móvil y abordo con Ruana en brazos.

Meto ya se estaba poniendo cómodo en su asiento junto a la ventana, escogido únicamente para que no le hablarán a menos que el avión fuera a estrellarse. Sentó a Ruana en sus piernas y abrochó el cinturón para que los protejiera a ambos, se acurrucó junto a la ventana con su manga en mano en lo que pasaba el despegue para poder leer tranquilo. Esta ya sería su tercera vez viajando en avión y se supone que el despegue no debería causarle tanta impresión, pero por alguna extraña razón cuando comenzaron a elevarse sintió esa punzada de adrenalina en su estómago que obligó que su mano se aferrase al posabrazos de su izquierda. Claro hubiera llegado clavar las uñas en ese pedazo de plástico de no haberlo soltado por estarse aferrando a otra mano. Una vez que la adrenalina se esparció por su pequeño cuerpo sintió su rostro arder, sujeto a Ruana fuertemente. Trato de ocultar su nerviosismo mirando hacia la ventana pero en un descuido soltó su manga, genial. El chico a quien le había tomado la mano por equivocación hace unos segundos se agachó para recogerlo y entregárselo.

Todo Por Tu Amor  [MEJIBRAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora