—¿Tsuzuku-san? —
Luego de esa pregunta volvió el silencio incomodo al lugar, era una situación difícil y de lo mas tensa. ¿Conocen ese sentimiento de cuando quieres más que nada olvidar algo, pero cuando lo logras se planta frente a ti como si la vida te odiara? Pues Meto experimentaba este sentimiento ahora y no era nada lindo.
—¿Cosita pequeña? —susurro el pelinegro incredulo. Incluso como si preguntar eso fuera parte de un juego.
Entonces la segunda voz se hizo presente en el recibirdor del lugar, y esa accion fue la gota que rebalso el vaso o en este caso, la gota que hizo perder el control a Meto. Mia, aquel chico con el que choco unas tres veces en el mismo día hace un año mas o menos estaba plantado ahi frente a el. Cuando dicen que la vida da muchas vueltas y que el mundo es muy pequeño si que tenian razón. Esto es genial, los chicos que le causaron mas dolor que nadie en el mundo parados frente a el y mas encima viviendo con su único amigo.
El pequeño trato de articular palabras para explicar las acciones que haria, mas no pudo decir si quiera un "lo siento...". Una verdadera sopa de letras revuelta salia de sus labios mientras retrocedia a tropezones hasta la puerta del ascensor, ni siquiera se tomo la molestia de llevar consigo las maletas. Palpando la pared hasta dar con el botón para hacer que se abrieran las puertas, lo presionó y antes de que el pelirrosa pudiera detenerle ya iba bajando encerrado en el ascensor hasta el primer piso donde echo a correr hasta su departamento, suerte que no era muy lejos.
Al llegar al edificio no estaba dispuesto a esperar otro ascensor, asi que sacando energia de quien sabe donde subió las escaleras lo mas rapido que pudiese ir alguien de su contextura y con un osito en brazos. Por lo menos al llegar la puerta estaba abierta, solo se encerro en su nuevo y posible "hogar" que por ahora estaba vacio por completo. Sin muebles ni pintura, era como estar en un centro de ayuda mental en que todo es blanco, hasta tu ropa. Lo unico que se distinguia era el pequeño Meto en esa habitacion, por todos los colores que llevaba encima y Ruana destacaba por mucho delante de la pared blanca en la que se apoyo para luego descender al piso.
Se podria decir que habia entrado en una especie de trance e inconcientemente comenzó a llorar, y no se dio cuenta hasta sentió humedas sus manos por un par de lagrimas que habian caido inconcientemente sobre ellas. Respiraba profundo e inflando su estómago como le había enseñado Rio para cuando se enfrentaba a una situación difícil o frustrante, como era el caso.
Decidió que esto no le afectaría, ellos eran parte del pasado al que no quería volver y él era del presente con Koichi... y con el instituto pero junto a Koichi. ¿Sería dificil? Si ¿Tomaria tiempo? Más del que le gustaría. Secó sus lágrimas y se puso de pie como si hubiese tomado una bebida energética o le hubiesen dado una descarga electrica. Sonrisa en su rostro otra vez y con una disposición jamás vista antes por la humanidad de parte de su persona se decidió a no pensar en ello y arreglar su departamento nuevo.
Claro que unos segundos después se auto-llamo idiota por olvidar sus maletas en el departamento de Koi junto con todo lo demás, no iría hoy para toparse con todos y dar sermones de explicaciones sin sentido, iría mañana. Suerte que había guardado el móvil junto con los audífonos en un bolsillo oculto de su vestido, activo en modo avión e inicio la reproducción y se fue al centro comercial que estaba a unas calles con su único recurso económico: una tarjeta de crédito que el mismo obtuvo.
Momentos como ese es cuando agradecía haber comenzado a trabajar hace dos años, nunca pensó que podría ahorrar tanto. Al llegar sintió como un escalofrío le recorría la columna, nervios o entusiasmo cualquiera de las dos era mejor que los sentimientos anteriores. Realmente perdió la noción del tiempo comprando, era como mantener a su cabeza en una dimensión paralela en que puedes acceder a lo que quieras sin restricciones.
ESTÁS LEYENDO
Todo Por Tu Amor [MEJIBRAY]
FanfictionLa vida no siempre es lo que esperamos, y mucho menos lo que queremos. Ella es quien decide lo que nos pasará, el cuando y el como de todo... pero no todos están de acuerdo con eso. Un pequeño niño peliazul, inocente, quebrado por los golpes que le...