Todo Por Tu Amor [MEJIBRAY]

El pasado vuelve al presente.

Los primeros meses de instituto estuvieron bien, las clases eran relativamente divertidas y se la pasaba con Sora la mayoría del tiempo. Resultó que la chica era mucho mejor de lo que aparentaba, compartían el gusto por la ropa y se confeccionaban prendas únicas de vez en cuando. Sin mencionar que Koichi pasaba a recogerlo o le llevaba el almuerzo aprovechando que el salón quedaba relativamente cerca.

Claro que los problemas llegan tarde o temprano, y este nuevo comienzo no fue la excepción. La primera semana de clases estuvo bien, aparte de Sora, Meto conoció a otros dos chicos de su edad e iguales que el. Con el pasar de los días también fue conociendo a quienes no hay que acercarse, que era el tema de conversación que repasaban ahora que era el periodo libre.

—¿Recuerdas quienes son malos pequeño? —preguntó Sora, quien al ser mayor que Meto  se tomó la libertad de decirle "pequeño".

—Uhm, más o menos... Estaba ¿Takashi? 
—definitivamente el peliazul no era bueno a la hora de recordar nombres.

—No, no. TA-DA-SHI. —le corrigió Hikari, la mejor amiga de Sora. –Atrevete a decirle Takashi en la cara y no volveremos a verte en dos semanas.

—Takashi, Tadashi... Es lo mismo —susurro con molestia. –Bueno, solo lo recuerdo a el y a Ruiku... ¿asi era no? —

—Si, Tadashi y Ruiku. Me, peligro, no acercarse. Ahora, ellos son los malos que van solos, no tienen seguidores ni nada por el estilo. Con quién tienes que tener extremo cuidado es con —Sora se acercó a Meto y susurró. —... Pentagon.

—¿Pentagon? —el peliazul no conocía a nadie que tuviera el nombre de una figura geométrica.

Hikari, quien parecía saber más del tema, se acomodó mejor junto al peliazul y comenzó a explicarle profundamente todo.

—Si, no te hemos hablado de ellos porque hay rumores de que el líder ya no vendrá a esta escuela. Pero creo que es mejor prevenir... —su expresión facial demostraba inseguridad, pero de todos modos siguió con su relato. —Pentagon es un grupo de cinco chicos. El líder, Minpha, es el menor de todos pero tiene una capacidad de manipulación impresionante. No se sabe como ha llegado a tener a esos cuatro chicos a su servicio, en cuanto llegaron el primer día a esta escuela siempre la pasaban los cinco y no dejaban que nadie se acercara, tampoco que nadie se les uniera. Bueno, tu no viste eso porque faltaste ese día.

Meto estaba atento a las palabras de la chica hasta que escucho "Minpha", el nombre se le hizo familiar, demasiado familiar. Tal vez se trataba del mismo chico que había ido a su departamento hace unas semanas, o tal vez no.

—Espera, espera. ¿Dijiste ... Minpha? —el peliazul pidió que la chica se detuviera. —Sora-chan, ¿podría describirme a Minpha?

—Claro. Pues, es tantito más alto que tú, usa el uniforme de niñas, tiene el cabello rosado, normalmente usa un parche blanco en el ojo y casi no habla. Nada más abre la boca para dar órdenes.

Era oficial, se trataba del mismo chico, no había forma de que estuvieran equivocadas. Además, ¿cuantos Minphas de pelo rosado imitadores de Metos podían haber en la misma escuela?

—Ah, también lleva siempre un conejo de trapo a todas partes. Es como Ruana. —

El peliazul estaba realmente disgustado y con mal sabor de boca, ¿a quien se le ocurre imitarlo de esa forma?. Esto era indignante. Y no solo él pensaba así, no bastó que pasaran más de dos segundos para que Meto pudiera escuchar la voz de su afelpado amigo quejándose de que ahora tenía un conejo imitador. 

Las chicas notaron el disgusto en la expresión de su amigo, y no era para menos. Odiaban a Minpha desde tercer grado, pues habían ido juntos a las clases de ese año, y siempre fue un chico cruel. Sin mencionar que les hizo la vida imposible por decirlo de alguna manera, hacía que los demás se burlaran de ellas, las dejaba encerradas en el baño o en las salas de clases y a veces conseguía que los maestros pensaran que ellas hacían trampa en los exámenes, y por lo tanto, las enviaran a detención o a la oficina de la directora.