Día lluvioso.
Con dieciséis años Meto ya estaba en el secundario y como lo suponía sigue siendo el "rarito" de la escuela, su único amigo sigue siendo su oso de peluche quien le hace compañía a diario en clases.
Con dieciséis años y las heridas en sus piernas solo lograban empeorar.
Como todos los días se levantó y ducho rápidamente para no llegar tarde. No se molestó en desayunar como ya hace varios meses acostumbra a hacer, se puso ropa oscura y su poleron dos tallas más grande que la que usa para los vestidos. Estaba algo triste por tener que seguir asistiendo a ese recinto lleno de gente, no le agradaba para nada. Con el poco animo que conservaba le puso a Ruana una mascarilla negra, luego tomó su bolso y salió de casa rumbo al infierno.
Llegó al momento que la campana anunciaba la entrada a clases y comenzó a correr, pero lo único que consiguió fue chocar con un chico rubio que iba cargado de libros, los que terminaron derramados en el piso por el choque. Meto no supo como reaccionar, envuelto en pánico y no saber si ayudar al chico con sus libros o seguir su camino a clases. Se quedó inmóvil frente al rubio, quien lo miraba mientras recogía su libro de cálculo. Se veía algo molesto así que decidió echar a correr otra vez a su salón. Llego tarde pero el maestro lo perdonó y dejo pasar, se instalo en el fondo del salón y fingió escuchar la clase.
Aburrido abrazaba a Ruana con un brazo y hacia bocetos de K-on en su cuaderno con la otra mano. Sin ánimos de nada, sin ganas de nada. Y lo peor, en diez minutos saldrían a almorzar y si una de las asistentes lo descubría desechando la comida en la basura otra vez iría a la oficina del director.
Una vez que la campana sonó y con notable lentitud el pequeño Meto, quien apenas había logrado crecer tres centímetros en estos cuatro años, se dirigió junto a Ruana a la cafetería para "almorzar" y luego distraerse un rato. Estaba avanzando en la fila mientras agregaba los alimentos que le daban menos asco. Una reducida porcion de ramen y jugo de piña. Estaba pocisionando los palillos en su bandeja cuando choca con el chico que estaba antes que el en la fila.
—¿Tu siempre vas tan apurado?— pregunto el chico con que había chocado. Era el mismo al que le había botado los libros al piso y no ayudó a recogerlos.
Una vez más cruzo miradas con el y no supo que contestar a su pregunta. Nervioso siguió con lo que hacía, pago su comida y comenzó a dirigirse a la parte de atrás cerca de la basura para desaserce del almuerzo. Sin embargo, aquel chico comenzó a seguirlo y luego le dio unos topecitos en el hombro captando su atención y provocando que Meto se girará a verlo.
—Disculpa si la pregunta te incomodó, no era mi intención. Soy Mia, un gusto. —
¿Se llama como?
Ese fue el primer pensamiento de Meto cuando escucho en nombre del rubio. El chico con nombre de chica le tendió la mano a modo de saludo. Lamentablemente Meto tenía las manos ocupadas sujetando la bandeja y a Ruana, Mia al darse cuenta rió por sentirse tonto al hacer ese gesto.
—Perdona de nuevo, no me fijé en tus manos. Lindo peluche por cierto.— finalizó en rubio con tono amable.
Meto jamás se espero tanta amabilidad de una sola persona, y estaba algo sorprendido tanto por la actitud del rubio como por sus palabras. El peliazul inclino la cabeza hacia adelante a modo de agradecimiento por el comentario de Mía, a quien le intrigaba aún más este chico que chocaba con él.
¿porque no habla? ¿sera mudo? ¿porque tiene un osito? ¿porque usa el cabello así? ¿siempre será tan tímido? ¿podriamos ser amigos?...
Esas preguntas le comían la mente a Mía al no tener respuesta para ninguna. Y es que desde que chocó con el hoy en la mañana le llamo la atención, ya que guardaba cierto parecido con el chico del que está profundamente enamorado. Mía invito a Meto a almorzar junto a él, ya que el menor le contó sus planes de almorzar solo y el rubio no estaba de acuerdo, así que insistió en que almorzaran juntos. De a poco fueron creando algo que podría alcanzar a llamarse diálogo, se conocieron un poco hasta que llegaron al tema que Mía esperaba tocar con él.
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Todo Por Tu Amor [MEJIBRAY]
FanficLa vida no siempre es lo que esperamos, y mucho menos lo que queremos. Ella es quien decide lo que nos pasará, el cuando y el como de todo... pero no todos están de acuerdo con eso. Un pequeño niño peliazul, inocente, quebrado por los golpes que le...