Dueles demasiado.

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Los días siguieron y las situaciones con Minpha en la escuela eran constantes, al menos dos por semana. El pequeño peliazul se esforzaba por mantenerse en pie y que Koichi no se enterará de nada, no quería preocupar a nadie con su problema.

Cada vez que era golpeado o maltratado en la escuela se iba lo más rápido posible al departamento, alimentaba a Miko con un poco de leche o el almuerzo que no consumía y se iba directo al baño, donde pasaba horas curándose las heridas y maquillándose los moretones de su pálida piel.

Meto de cierta forma sentía a Koichi alejado, antes esto se justificaba por la evidente distancia que los separaba, pero aún estando en el mismo departamento casi no hablaban ni se veían, si quiera para tomar desayuno. Había veces en que el peliazul esperaba a Koichi, quien a veces llegaba ebrio, pero ni siquiera le daba las gracias o las buenas noches.

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Y como ya dije, el cuadrado de binomio se calcula tomando el primer termino al cuadrado, más el doble del primer termino por el segundo, más...

La voz de la profesora de álgebra se apagaba gradualmente para los oídos de Meto, quien anhelaba hace más de veinte minutos poder ponerse los audífonos sin ser descubierto. Sus amigas no habían asistido hoy a clases porque se habían pegado una gripe horrible al salir un día de lluvia a divertirse, Meto la pasaría sólo.

–Bien chicos, no lo olviden, aquellos que aún están reprobando está materia deberán dar examen. Pueden salir.

El peliazul sonrió ante el comentario de la profesora, ya que pasaba casi reprobando el ramo el asunto de dar examen le era indiferente de todas maneras.

La profesora, curiosamente, fue de las primeras en abandonar el salón. Al igual que todos los demás, parecía que tenían prisa, sin embargo Meto se tomó todo el tiempo del mundo en guardar sus pertenencias. Claro que al dirigir su mirada a la puerta se dio cuenta de porque tanto apuro.

Ahí estaba, el pelirrosa más odiado por su alma se encontraba recostado en el marco de la puerta, y tras él los otro cuatro chicos que le seguían cual perros. Meto simplemente suspiro con frustración, se rumoreaba del siguiente acto que el grupo planeaba contra el en el pasillo de la institución, quizá era tiempo de comprobar lo que tanto se decía

Si, le había "desobedecido" a Minpha, no podía dejar de ver al pelirrosa puesto que vivían juntos. Era imposible. Y no era su culpa que el pelirrosado miniatura se encaprichara con Koichi, en su retorcida mente estaba enamorado y en ese no tenía nada que ver en peliazul.

–Asi que... –Minpha hizo presencia dentro del salón, caminando en dirección a Meto. –El bebé estúpido no entendió mis órdenes.

Con un movimiento de cabeza indico a sus amigos a pasar y cerrar la puerta, lo que pasara allí dentro una vez más no se sabría. Se posicionaron rodeando al peliazul en un semi-circulo, para dejarle espacio a Minpha, quien estaba cara a cara con Meto.

–Sigues sin hablar, ¿acaso tengo que volver a torturarte para sacar palabras de esa boca? –pregunto tratando de arrebatarle a Ruana de los brazos con un movimiento brusco de su mano.

Meto aparto al afelpado rápidamente retrocediendo un poco, escondiéndolo tras su espalda. Al recuperar el equilibrio perdido al retroceder noto que estaba rodeado y sin escapatoria, otra vez.

–Voy a serte franco, no estás nada mal.. –volvio a hablar Minpha mirándolo de pies a cabeza. –Me he dado el tiempo de revisar tus pocas redes sociales y las fotos que has subido.

Todo Por Tu Amor  [MEJIBRAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora