Segundo primer día

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Silencio, paz; era lo único que podía persibirse en la habitación. Un pequeño bulto que ascendía y bajaba de forma monótona bajo las mantas de aquella cama, se le veía descansar plácidamente, a los pies de la cama le esperaba su uniforme del instituto.

Un uniforme bastante ... uhm.. preculiar. Pantalones/falda de cuadrille azul, polera blanca con la cara de un conejo con un solo ojo y el otro era reemplazado con la insignia del instituto bastante más grande, zapatos negros, chaqueta típica japonesa completamente blanca con los bordes negros al igual que en las mangas cortas de la polera y con el mismo diseño de esta.

El pequeño bulto parecía haber olvidado que apago su alarma hace una hora, y que iba a llegar tarde a su primer día.

Dos horas después y el pequeño bulto seguía ascendiendo y descendiendo bajo sus comodas mantas, le tenían envuelto como para no volver a despertar nunca más. La tranquilidad reflejada en su rostro era digna de un retrato, lamentablemente de a poco fue soltando suspiros y parpadeando lentamente hasta despertar por completo.

Como si tuviera todo el tiempo del mundo tomo su móvil y revisó la hora, al verla ya eran las 10:43 am y se supone que su hora de llegada era a las 8:30. Ya no tenía sentido darse prisa para llegar al instituto, de todas formas, ¿que tanto podría perderse de clases, si solo tendrían media jornada? Tendría que pedir su horario en la recepción y excusarse, pero de todas formas aún le faltaba comprar algunas cosas.

Se levantó y duchó tranquilamente pensando en el día anterior, en Minpha y Koichi... En ellos dos . .juntos. La idea por si sola no le agradaba ni un pelo, podía visualizar a la perfección como ellos dos se volvían pareja y el pelirrosa se olvidaba de Meto.

Lavo sus dientes sin haber tomado desayuno, le gustaba el café mezclado con el sabor de la pasta dental que quedaba después de cepillarse. Fue a su habitación por ropa olgada, algo de maquillaje nada complicado y una mascarilla. De ahí se dirigió a paso perezoso a la cocina por su café y unas galletas, no era un desayuno contundente o el más nutritivo, pero con eso era suficiente como para que el pequeño no volviera a comer en el resto del día.

Fue al sofá junto con Ruana y su café para ver televisión mientras disfrutaba de su comida, encontró un programa para niños pequeños y se lo quedo viendo bastante entretenido.

—¡METO VAS A LLEGAR TARDE A TU PRIMER DÍA! —el pelirrosa hacia su agresiva entrada al departamento, cansado y con una mirada de no haber dormido hace muchas horas.

—No me diga Sen-... Koichi-san. —el pequeño sintió una punzada por casi llamarle Senpai. No volvería a cometer ese error, jamás. —Koichi-san, es tarde y ya no tiene sentido que me lleve, ¿que hace aquí? —

La verdad era que al pequeño le encantaba tener al pelirrosa de visita, pero después de conocer a Minpha ni el mismo Koichi podía arreglarle el ánimo.

—Bueno, considerando que ya es tarde y que ya conduje hasta aquí creo que te acompañaré con un café, ¿puedo? —

Koichi daría hasta su vida por un sorbo de café, salir a media noche del prostíbulo era agotador y más aún si Mia le esperaba para tener una "pequeña" conversación acerca de sus sentimientos. Si, Koichi sabía todo. Y le daba hasta un poco de pena que Mia se enamorará de uno de los prostitutos más solicitados de Ruki, pero se notaba que el rubio hablaba en serio y que estaba dispuesto a todo por el amor de su Tsuzuku.

Meto se resigno a que este día tendría una buena compañía, vamos a ver si estaría a dispocision

—Claro, claro. —contesto sin ánimos al pelirrosa. —Pero la verdad tengo un día ocupado, debo ir a comprar algunas cosas que me faltan a Tokio y-

Todo Por Tu Amor  [MEJIBRAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora