No Koichi, ahora.

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Una terrible jaqueca le punzaba en la cabeza, ni siquiera podía abrir bien los ojos.

Se sentía recostado en una cama, bien, no estaba tirado por allí. Debió haber bebido mucho anoche, la pregunta era porqué.

Alguien se aferró a su pecho, ahí notó que estaba desnudo. Trató de moverse despacio para no molestar a quien sea que tocaba su cuerpo, noto cabello y una cabecita en su hombro.

-Meto... -

-¡¿Qué?! -

Equivocado Koichi.

-Ah, lo siento, por favor no grites. -suplicaba el pelirrosa masajeando sus sienes para apaciguar el dolor.

-¡Te grito si quiero! ¡Me acabas de llamar Meto! ¡M E T O! ¡¿Te haces una idea de el grado de ofensa que dijiste?! -

-¿Minpha? -hasta ahora Koichi no había sabido adivinar de quién se trataba.

-No, Koichi soy Meto. Haber si así sueñas conmigo. ¡Claro que soy yo! Con quién más ibas a dormir en la misma cama. -

-...nadie. -se resignó.

-Eso está mejor. -

Las mañanas así se habían frecuentado incluso antes de que Koichi le pidiera a Minpha salir, el menor solo aparecía de noche reclamando cariños, mimos o sexo. Y Koichi lo complacía para mantenerlo contento.

Para que no pensara en como molestar a Meto.

Como era de esperarse, ambos estaban desnudos. Otra vez, he ahí la razón de su jaqueca. Se había emborrachado para hacerlo con Minpha y así no lo recordaba al día siguiente.

-Ahg, mi cabeza. ¿Qué día es hoy? -bien, a veces el alcohol era demasiada anestesia.

-Es viernes cariño, y vas tarde al trabajo. -Minpha le tendió unas pastillas y un vaso con agua.

-Ah, gracias. -Koichi las ingirió sin preocupaciones, le dejo a Minpha muy claro que bastaba que intentara frotarlo una vez y no volvían a verse.

-Voy a ducharme, ¿no vienes? -le invitó coqueto el menor.

-No no, gracias, creo que voy a ducharme allá. Es muy tarde ya. -se vistió rápidamente y salió antes de que Minpha le pidiera un beso de despedida y esas cursilerías con las que le gustaba fastidiarlo.

Apurado cambió de dirección a a su antiguo departamento. El lujoso PentHouse que ahora era de Mia y Tsuzuku. Aún quedaban algunas de sus pertenencias allí e iba a recogerlas, estaba decidido a mudarse definitivamente a la casa de su padre, quién sabe donde estará ese hombre ahora.

No tenía idea de si Minpha se mudaría con él, ese chiquillo hacía lo que le daba la gana literalmente. Y nunca había sabido algo de sus padres o alguien que estuviera a su cargo.

¿Sería huérfano o algo así?

Porque no había nadie, literal, nadie. Ni en sus papeles en la escuela, tampoco había alguien cuando Minpha insistió en que Koichi conociera su casa.

A veces le daba pena, tal vez estaba solo y por eso hacía lo que hacía. Es difícil llegar a entender a las personas como él, solo lo vez como alguien malo, no muestran otra cosa a los demás.

Y no estaba muy interesado en saber sobre su oscuro pasado o algo por el estilo. Eso que lo dejen para cuando cuenten su historia de "el tipo más despreciable del universo".

Iba llegando a su viejo edificio cuando su celular vibró.

-¡Amor, hola! -

Minpha.

Todo Por Tu Amor  [MEJIBRAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora