Minpha

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Era temprano en la mañana, y el día anterior lo habían dejado para descansar del agotador viaje, era increíble como cuatro adolescentes caían en una mini-habitación -considerando que todos tenían una estatura mas o menos promedio. El pelinegro del grupo había puesto alarma temprano pues quería aprovechar el día, y justo como deseaba, se le presento la oportunidad.

Junto con la alarma su agradable y un tanto irritable tono de notificaciones se hizo presente avisándole de un nuevo mensaje. Era raro recibir mensajes considerando lo  temprano que era, pero entonces notó que era de la tarde de ayer y, por estar durmiendo, no lo notó. Desbloqueó su móvil y se dispuso a leer.

»Hola Chizuru-san.
Esta invitado a ayudarme a decorar y acomodar mi departamento. La verdad necesito la opinión de alguien ya que todo lo que hago le gusta a Ruana.
Espero que pueda venir.
Soy Meto, por cierto.«

Pensó que sería una buena idea ir, de todas maneras aún no podía hacer ningún plan de banda con los chicos ya que aún no encontraban bajista. Dejo el móvil sobre la cama y fue a ducharse para luego tomar desayuno, e increíblemente, sus amigos no se despertaron por más ruido que provocó, ni siquiera con su canto en la ducha se despertó Yutori. Se alistó para una salida casual, considerando que el mensaje decía para ayudar a "decorar" no fue con trapos viejos pero se veía decente. Iba camino a la puerta, dio la vuelta y rió para sus adentros al ver a sus tres amigos esparcidos por toda la habitación mal envueltos en las sábanas, les quería, ellos eran su verdadera familia. ¿Meto se enojaría si los llevaba también?

• • •


A falta de cortinas el soleado día daba de bruces con los cerrados ojos de Koichi, quien no quería -ni podía- levantarse de la improvisada cama el la que había descansado, su pequeño le tenía abrazado de tal manera que no podía moverse pero al mismo tiempo no resultaba incómodo. Se restregó la cara con su mano libre y acomodo mejor la cabeza en el peluche-almohada para luego abrazar a Meto y disponerse a dormir un poco más.

Se sentía caer en brazos de Morfeo cuando unos varios golpes en la puerta le interrumpieron, pero los ignoro y volvió a cerrar los ojos, pero hubieron golpes otra vez. ¿quien demonios sería tan temprano? A regañadientes deshizo el agarre del peliazul y se arregló un poco el cabello para abrirle la puerta al mata-momentos detrás de ella. Más lo que se encontró no era lo que esperaba.

—Buenos días ¿se encuentra el joven Meto? —un chico de unos 30 años con uniforme de una multitienda parado frente a él le preguntaba por el pequeño. —¿Joven? —

—Ah, si lo siento. Meto-chan está durmiendo ahora pero yo puedo hacerme cargo, ¿de que se trata? —

—Lo siento, pero necesito que el joven que hizo el encargo firme estos papeles, a menos que usted sepa la firma del joven me temo que tendrá que despertarlo si no quiere que cancelemos la compra. —

—Por supuesto que me la sé, ¿que clase clase de Senpai sería si no supiera como hacerla? —con una actitud entre indignada y agresiva le arrebató los papeles al chico y los firmo como Meto le había enseñado de niños, la única firma que conocía. —Listo, ya está la firma, pueden entrar las cosas que compró. —

15 minutos después y seguían entrando cajas grandes y pequeñas, era como si por cada caja aparecieran dos más en el camión de aquella empresa. Cuando al fin terminaron Koichi se dio cuenta de que medio departamento estaba lleno de cajas y que aún así ninguno de los tres había despertado. Simplemente increíble, ese gato si que los debió haber agotado anoche. Decidió que era mejor tomar desayuno, pero el pequeño no tenía ni siquiera cocina, suerte que el departamento venía con el baño listo.

Todo Por Tu Amor  [MEJIBRAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora