CAPITULO 42

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FERNANDA

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FERNANDA

Yo sabía que el comportamiento que venía teniendo con Alfonso todas estas semanas ha sido de lo peor, pero estaba muy triste, no quería que mi enfermedad avanzara y que el siga con muchas ilusiones hacia nuestra relación, Lucia cuando hablábamos me decía que sea objetiva, que tenga Fé que todo se iba a solucionar que en estas semanas la enfermedad no había avanzado y si era así, podía comenzar el tratamiento a las 12 semanas y tendría mucha oportunidad para vivir, criar a mi hijo y tener la familia que algún día soñé, pero eso no sería así, ya que esa familia tenía muchos niños y yo talvez no podría tener más.

Alfonso se quedaba en casa, cuidándome, alentándome, atendiéndome pero yo hasta me hacia la dormida para no tener que verlo y hablar con él, lo amaba, claro que lo amaba, pero no lo quería ver sufrir, cuando me quería dar un beso lo esquivaba y no volvimos a tener intimidad desde la vez que estuvimos en la cabaña de la playa, deseaba que me tocara, que me amara, lo extrañaba demasiado, pero tenía miedo, era mi cruel realidad, me estaba dejando vencer por el miedo.

Bárbara me decía que me deje tratar por la psicóloga del grupo de médicos que estaban al tanto de mi enfermedad, al principio yo me negaba pero desde hace unos días atrás lo estaba pensando, quería recuperar mi vida, mi relación, mi tranquilidad, quería comenzar a vivir el día a día, disfrutar de mi embarazo junto al amor de mi vida, ya que ni siquiera permitía que Alf me tocara mi pancita que ya estaba un poquitín crecida, él lo intentaba pero en las noches cuando le veía las intenciones le daba la espalda y me hacia la dormida, si así de mal me estaba comportando con el hombre que no me había dejado en ningún momento sola, que estaba ahí y aun no se había alejado, pensé que lo haría, pensé que su amor por mi talvez no era tan fuerte y que no lo tendría a mi lado en esta lucha, pero no ha sido así, y realmente acepto que tengo que hacer todo lo posible por recuperar mi relación.

Con mi padre discutimos porque él me pedía que pensara en no tener a mi bebe y tratarme enseguida, que luego podría quedar embarazada, pero esa decisión ya estaba tomada, lo entendía, porque ahora que tenía un ser creciendo dentro de mí sabia el amor tan grande que se le tenía, y así era como me amaba mi papá, me visitaba todos los días y ya ahora después de varias semanas se había resignado a aceptar todas las decisiones que yo tomara.

Con mi mamá las cosas seguían como siempre, ella llamaba a preguntar como estaba, me visitaba muy poco por sus compromisos laborables y tenía entendido que aún no se había realizado la prueba para saber si era compatible para ser mi donante, cuando le preguntaron qué porque no lo hacía me entere que contesto solo que luego se lo haría, así sin la menor importancia.

Ella siempre era así, fría, calculadora, nunca se equivocaba, todo lo tenía controlado, si es verdad, no era la mamá perfecta, pero tenía que darle la razón en algo, todo lo que hacía era por el bien de nosotros, aunque se enojó conmigo cuando decidí vivir con Alf sin casarme, la entendí, era su princesa y ella quería lo mejor para mí.

CONTIGO... PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora