AMISTAD

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Capítulo 27

(Erling)

Es domingo por la mañana y me he levantado con malestar en la garganta.

Veo mi reloj que esta sobre el velador de mi cama y me sobresalto.

—¡¡8:50!! -Grito deseperada. Tanto así que se me pasa él malestar de garganta.

Él culto es a las 9:30 y yo sigo en mi casa y con mi pijama puesto.

Un momento.

¿Vamos a ir él día de hoy a la iglesia?

Podría decir que durante estas dos últimas semanas han pasado demasiadas cosas.

Le preguntaré a mi padre si vamos a ir.

Lo pienso mejor.
No sé con qué pierna se ha levantado hoy día, y si quiera ir a la iglesia.

Me quita toda ilusión imaginarme su reacción negando que iremos a la iglesia.

Corro a la habitación de Angie y la sacudo para que despierte.

—Angie. . . Aaangiiee. . .  hermanita levántate.
¡Levántate! -Digo subiendo él tono de mi voz.

Ella apenas se inmuta y mas bien se acurruca más entre las cobijas.
De un jalón la dejo sin una sola manta sobre ella.

—¡Aay! ¡Que frío! ¿Te has vuelto loca? Tirar mis cobijas al suelo no es nada agradable. -Me dice Angie entrecerrando los ojos y tirándose al suelo sobre sus cobijas.

¿Acaso quiere dormir en él suelo?

—¡Ah, no! - Digo retirándole nuevamente sus cobijas.

—¿A qué viene esto, eh? Déjame dormir de una sola vez. -Dice con voz ronca y los ojos cerrados.

—Neces. . . -Suspiro- Necesito que le preguntes a Papá si vamos a ir a la Iglesia. -Digo moviendo un mechón de mi cabello.

—Dícelo tú. Eres la mayor. ¿No? -Me responde restregándose los ojos.

—Vamos. . . tú tienes más confianza con él. ¿Por favor? -Le contesto haciendo pucheros.

—Vale, vale. Sólo déjame dormir cinco minutitos más. -Responde y se lanza sobre su cama.

—¡¡Noo!! -Grito exasperada.

Angie me fulmina, se pone en pie y se dirige a dónde está mi padre.

Supongo que todo esto lo ha hecho por molestarme.
Seguro.

Me dirijo corriendo a mi habitación y ahí pido en silencio que mi padre acceda a ir.

Escucho unos pasos que corren hacia mí.

—Dice. . . dice. . .  que. . .

—Que, ¡qué! -Digo ansiosa.

—Que. . . Déjame cobrar él aliento. . . -Okay, me estoy desesperando. - Que ¡sí! -Responde y se pone a saltar sobre mi cama.

Abro inmediatamente mi armario y escojo a la zar.

Escojo un vestido de color beige con flores de color rosado agua, una licra azul y una chaqueta jean.

Entro a bañarme lo más pronto y me cambio.

Bajo a desayunar a pesar de que no tengo ganas ni tiempo, llamo a mi hermana Angie, quien baja a toda prisa por las escaleras, casi trastabillando con éstas.

Nos vamos sólo las dos, ya que mi padre tiene trabajo y los demás, pues tiene cosas que hacer.

Lo bueno que nos han dado para él trasporte.

Tomamos un taxi y vamos lo más pronto posible.

¡Oh no! ¡Rayos! ¡Matthew! Ayer llegué exhausta y olvidé de pensar  un sobrenombre para él.

Entramos a la iglesia y escucho que están tocando una alabanza.

Nos sentamos en las últimas filas y veo a Matt, entonando la guitarra.

Que genial, me encantaría entonar un instrumento.

Mientras entonan las canciones, no conozco las canciones que entonan, pero intento aprenderlas.

Se acaban las alabanzas y nos sentamos.
Escucho atentamente al Pastor.
Finalmente acabamos con una oración

A penas se acaba Angie se separa de mí y va en busca de los demás.

Yo salgo y veo en la puerta a Isabella. Corro para encontrarla.

—Hey, ¡Viniste! -Me dice alegremente.

—Sí. Por poco y no vengo.

—Pero lo bueno que estás aquí. -Me dice con una amplia sonrisa.
Estoy esperando a mi hermano.

A su hermano, osea Matthew. Será mejor irme antes de toparme con él.

Cuando me dispongo a irme, escuchamos que alguien dice:

—El hermano Gonzalo trajo tostado, los que desean pueden venir a degustar.

Le regreso a ver a Isabella y levanto mis cejas.

—¡Vamos! -Le propongo.

—¡Vamos! -Accede.

Nos acercamos donde están regalando tostado en funditas y hacemos fila.

Cuando nos dan degustamos.

—¡Mmm! ¡Delicioso! -Dice Isa.

—¡Sí! -Le digo.

Logro divisar un ajo entre los tostados.
Se me abren los ojos y una idea viene a mi mente.
Tómo él ajo.

—Ten Isa -Le digo a Isabella extendiéndole él ajo.

Ella sin visualizar ni notar lo que le estoy dando lo toma.

Me quedo observando él suceso que va a suceder a continuación ahogando unas carcajadas.

Ella se lo come y empieza a hacer muecas cierra lis ojos y saca la lengua en forma de asquerosidad, deshaciéndose del ajo.

Explóto en risas.

—¡¡Ah!! ¿Qué me diste? -Grita.
Me mira desafiante y busca agua.

No puede responderle porque muero de risa.

—Erling, ya verás. Me vengaré de ti.
Dice en busca de otro ajo.

—No caeré, hahaha. -Le digo desafiándola.

¡Ha caído! Hahaha
!Se lo ha comido!
Soy ocurrida.

Dos Vidas. Un sólo AutorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora