SABIA DECISIÓN

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Capítulo 33

Es un Lunes por la tarde y es mi día de descanso en él trabajo, él cual empleo para realizar mis proyectos y tirarme a la vagancia, cuando me es factible. Hahaha.


Suena mi móvil.

No me doy prisa por contestarlo, ya que cargo un tremendo cansancio conmigo. Estos días han sido muy algetreados.

Cuando tomo él móvil, cuelgan y pierdo la llamada.

No me fijo en quién ha sido él que ya llamado y me dirijo a la cocina por un vaso de leche fría con galletas.

Mientras voy a la cocina, se me viene a la cabeza la cara de Erling, sentada en las gradas de la igesia, ella tan desconfiada y tratando de ocultar su temor y preocupación.

Seré sincero, me enterneció verla así.

Mientras sigo pensando, vuelve a sonar mi celular.

—¡Rose! Pásame él móvil, o contestalo de una vez. . .

—Por fa. . . ¿Qué? —Me responde con una mirada amenazadora.

—Por favor. . . suplico entrecerrando los ojos.

—Emmm. . . mejor contesta tú.

—¡Rose! Pronto colgarán, contesta de una sola vez y deja de bromear

—Noouuup. . . es enserio, esta llamada no puede ser contestada por mí. —Refuta.

En eso dejan de llamar.

—¿Ups? —Dice Rose sin saber cómo responder a lo sucedido.

Yo elevo mis cejas con la intención de dejar en claro que ha sido por sus bromas.

—Es que. . . no podía contestar, en serio. . .

—Dilo de una vez por todas y sin rodeos. —Le suelto.

—Quien ha llamado ha sido tu. . . tú novia.

Elevo una ceja y retengo una gigantesca carcajada.

—¡Oh! Y desde cuando yo tengo novia ¡que no me he enterado! —Termino diciendo y me desbarato en risas.

Pero ella no se inmuta, ni siquiera una sonrisa se forma en su cara.

Cuando logro recuperarme y ponerme serio, le digo.

—¿Quién es mi novia?

Ella rueda sus ojos —Quien más. . . Erli. . .

No termina de pronunciar y yo vuelvo a estallar en risas.

Okay, okay. . . me he comido un payaso o qué.
Como que me estoy riendo mucho últimamente.

—Por. . . haha. . . por qué dices eso hahaha. —Digo apenas pronunciando.

—Porque lo he visto todo, así que no me engañas. —Grita furiosa.

—¿Todo? ¿Todo de qué? Si sólo somos amigos.

—¡¡No mientas!! Y tú que decías que yo era la única a quién querías. Incluso más que Isabella. —Dice y solloza.

¿Qué debe hacer un hombre en esta situación?
¿Correr y consolar a su pequeña hermana quien está celosa.
O defenderse y aclarar las cosas?

Emm creo que defenderse y aclarar las cosas.

—Pero Rose. . . no hagas una tormenta en un vaso de agua, ella y yo. . .

Dos Vidas. Un sólo AutorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora