Dos Vidas. Un sólo Autor

¿AÚN SIENTO ALGO POR ELLA?

Capítulo 40

(Matthew)

Ahí en mi habitación, perdido en mis pensamientos.
Ella viene a mi mente.

Aquellos años cuando conocí a la pequeña y pecosa Erling pusieron mi vida de cabeza, ella con sus ocurrencias, torpezas y gracias lo era todo.

Hasta llegué a pensar que seríamos algo más que amigos.
En nuestros encuentros y salidas la pasábamos increíble.

Pero con el tiempo descubrí a una Erling distinta, que se empezaba a interesar por las salidas y fiestas con sus amigos.
Que se abrumaba más y más en sus problemas y que impedía que le ayudara.

Fue ahí cuando todo terminó.

He podido ver que se ha esforzado por cambiar y eso me alegra bastante.

Estos últimos días que ella ha pasado en mi casa por "cuestiones de peso" como lo dice mi hermana Isabella, yo he preferido mantener distancia y sólo observar como está ella sin preguntar.

Mi teléfono empieza a vibrar y me saca de mis pensamientos.

-Brow! ¿Que hay de nuevo?

-Mijo vamos al cine con algunos chicos ¿quieres venir?

-¿A esta hora? -Pregunto bostezando.

-Sí Matthew, anímate. -Dice Josué insistente.

-Ya Mijo ¿a que hora nos encontramos?

-A las 9:00 en la entrada del Master Cine.

-Listo ahí nos vemos.

Fin de llamada.

Me alisto para salir con los chicos, tomo las llaves de mi auto y salgo para el cine.

Mientras conduzco y esquivo el intenso tráfico, me propongo suspender de mi mente a la pequeña pecosa.

Nos encontramos con mis amigos y compramos las entradas para la función.

Veo a todos sonrientes y molestando como siempre, pero por alguna razón yo me siento melancólico y preocupado y lo peor es que no sé por qué. 

-Josué,  ¿puedo hablar contigo? -Le digo interrumpiendo su conversación.

-Esa cara me dice que algo de suma importancia esta ocurriendo. Se ríe y se aparta de los demás. -¿Qué sucede? -Me pregunta algo serio y preocupado.

Respiro profundamente y le digo lo que primero viene a mi mente.  -Es que no sé que hacer, tú sabes que he estado saliendo con Alejandra, es una buena chica y. . . 

-Matthew, no tienes que darme explicaciones de eso. -Me interrumpe Josué. -No te empieces a confesar delante de mí. - Termina diciendo con una cara extraña.

Intento no reírme y concentrarme en lo que le tengo que decir. Paso mi mano por mi cara. -Lo que pasa es que volver a ver a Erling me ha confundido.

-Hmm. . . confundido ¿en qué sentido? Responde sin entender.

-En el sentido de que no sé si intentar algo con Erling o entablar algo formal con Alejandra. Le termino diciendo y me siento desahogado.

Un momento. . . Eso sonó tan formal y raro.

Me dan ganas de reírme de los que he dicho, pero la sería expresión de Josué me detiene.

Josué se rasca el mentón y prosigue. Matt, no creo que sea saludable que continúes algo "Formal"  -Lo dice formando unas comillas con sus dedos. - Con Alejandra cuando aún sientes algo por Erling.

-Ese es el problema, no sé si siento algo por Erling.

-Dime ¿Qué sientes cuando la ves?

-Pues. . . que tiene una risa muy contagiosa, que aunque haya crecido sus ocurrencias siguen siendo parte de ella y que cocina muy delicioso. -Me detengo porque Josué eleva las cejas y retiene una risita algo pícara.

-¿Te diste cuenta de la cara que pusiste cuando empezaste a hablar de ella? -Insiste manteniendo la misma cara.

-¿Qué cara?

-La de idiota. Termina diciendo y se parte en una risotada.

-¡Rayos! ¿Sigo sintiendo algo por ella? -Mis ojos se abren sin ocultar mi asombro. . . y llego a la agradable pero aterradora conclusión de que. . .

 ¡¡AÚN SIENTO ALGO POR ELLA!! -Ahogo ese grito que me hubiese encantado desatarlo, pero no es buena idea cuando estás en el cine rodeado de amigos y personas desconocidas.

Refresco mi garganta con un poco de té helado que he comprado en la dulcería y trato de asimilar esta conclusión.

Josué me da unas palmadas en el hombro y sonríe asintiendo con la cabeza. -Es hora de entar. -Termina diciendo dirigiéndose a la sala del cine.

Yo les alcanzo y entramos a ver la función, no pongo atención a la película, miles de pensamientos invaden mi mente e impiden mi concentración. . .

¿Y ella sentirá lo mismo?

¿Será bueno sentir esto?

Muchas incógnitas difíciles de responder se quedan en mi mente.