Cute and pervert » hunhan.

Capítulo XXIX.

El corazón le latía a mil debido a la intensa preocupación que estaba experimentando en aquellos instantes y no era para menos, ya que cualquiera que quisiese a su prima menor como a una hermana se infartaría al enterarse que se accidentó cayéndose de las escaleras.

Corriendo llegó a la sala de urgencias, volviendo la cabeza frenéticamente de lado a lado en busca de la persona más preciada en su vida.

«Que esté bien, que esté bien, que esté bien...»

— ¡Aquí! —se escuchó a lo lejos una voz más que reconocible, a lo que volteó la cabeza en esa dirección e instantáneamente se topó con varios pares de ojos sobre sí, llenándole de alivio.

Trotó hacia la voz que le llamó, sintiendo poco a poco cómo sus ojos, anteriormente humedecidos ante la incertidumbre de saber qué pasó, se iban secando y de pasó la comisura de sus labios tiraban hacia arriba en una sonrisa floja.

—Nunca creí que tu torpeza llegara a tanto, Minzy.

La aludida entornó los ojos y miró un tanto avergonzada a la mayor, olvidando con quienes y por qué se encontraba allí con el pie enyesado.

—No sé cómo sucedió todo —habló en voz baja Hyoyeon, sobando los hombros del moreno que miraba con preocupación a la accidentada—. En cierta forma estoy avergonzada por la seguridad de mi casa.

—Claro que no —renegó Minzy, sonriéndole sinceramente a la madre—. Su casa es muy segura y esto fue completamente culpa mía.

Conocía tan bien a la menor que era capaz de leer con exactitud cada sentimiento reflejado en el semblante foráneo, así que, por aquel motivo, se quedó mirando a Minzy, extrañada para sus adentros por lo falsa que se había vuelto su sonrisa hacia la mujer mayor.

De pronto, un hombre entró a la escena, sosteniendo un móvil en la mano mientras una expresión de incertidumbre volvía nuevamente tenso el ambiente en el lugar.

—No contesta el móvil —el rostro de Hyoyeon palideció un poco—, pero llamé a Chanyeol y me dijo que aún no termina el concurso, por lo que debe estar junto a los demás participantes a la espera de los resultados.

—O sea que ya se presentó. —murmuró con voz apagada Jongin, fijando la mirada en el suelo.

—Si —suspiró Kibum, mirando nuevamente a su esposa—, pero Yeol dijo que se encargaría de explicarle todo y de llevarlo a casa más tarde.

La tristeza que destellaban los ojos de Hyoyeon era tan fuerte que sintió como el corazón se le encogía un poco, incluso si era ignorante de lo que estaba sucediendo con quien sabe quién, pero que le era tan familiar que la empatía salía de manera espontánea.

Le recordaba mucho a la mirada que su madre tuvo el día en el que decidió ponerle fin al matrimonio con su padre biológico.

Meneó un poco la cabeza para apartar esos recuerdos, recapitulando que eran sucesos enterrados en el pasado y que allí debían quedarse siempre.

—Oh —la sorpresiva exclamación de la mayor le hizo mirarla, anonadándose por la belleza de ella que pasó desapercibida ante la preocupación de saber lo sucedido con su prima—, lo siento, aún no me he presentado. Soy Kim Hyoyeon y esta es mi familia, Minzy es novia de mi hijo mayor.

—Un gusto conocerla, señora —sonrió amablemente, ajena a la extraña mirada que Minzy le estaba dando—. Mi nombre es Bae Irene y soy la prima de esta chica torpe.

El comportamiento de su prima le estaba dejando mucho a la imaginación. Sus intensas miradas y su postura rígida no eran cosas normales en ella, dándose cuenta de que antes de que llegara el señor Kim ella se comportaba como normalmente lo haría. Mas alejó todos esos pensamientos de su mente, diciéndose a sí misma que luego tendría tiempo para hablar con Minzy de aquello para salirse de las dudas.