Cute and pervert » hunhan.

Capítulo XXXVII.

Cuando Luhan abrió los ojos, se reincorporó rápidamente en la cama y miró a su alrededor. La decepción atacó su corazón.

—Todo fue un sueño...

Nah, broma afklñgh.

Cuando Luhan intentó sentarse en la cama esa mañana, fuertes punzadas atacaron sus caderas y terminó por soltar un quejido de dolor que despertó al castaño junto a él.

Sin abrir los ojos, Sehun se removió perezosamente en la cama y se acercó al menor para abrazar su torso e impedirle que se moviera, deseando poder fundirse en su piel por el resto de la mañana bajo las sabanas.

—Hyung, quiero ir a tomar agua. —se quejó, intentando apartar el agarre sobre su cuerpo.

—Mh...

Luhan sonrió tontamente al verlo todo adormilado, con el cabello revuelto y desnudo, completamente desnudo. Volvió a recostarse en el colchón y se dejó hacer mientras el mayor lo envolvía entre sus brazos, haciéndolo delirar con el calor que emanaba la piel que rozaba la suya como una suave caricia.

— ¿Duele mucho? —el tono del castaño sonó preocupado, incluso un poco culpable.

Luhan se acurrucó en su pecho y sonrió.

—Un poco, pero era de esperarse.

Sehun suspiró y no pudo evitar la tentación de besar su cabello, derritiéndose lentamente con el exquisito aroma a vainilla. Una mano bajó acariciando la suave piel de su espalda, llegando hasta los omoplatos para volver a subir y así, provocando pequeñas risas al rubio.

— ¿Debería llamar a mi madre y decirle que no venga?

—Claro que no —golpeó suavemente su pecho—, pervertido.

—Ahora yo soy el pervertido, ¿Eh?

El menor quería subirse encima de él y hacer muchas cosas para aprovechar la mañana, pero el dolor se lo impedía y aquello lo frustraba demasiado. O sea, tenía a un desnudo Sehun abrazándolo y no podía sacarle provecho a ello cómo tanto se lo imaginó tiempo atrás. Puchereó inconscientemente y decidió reanudar su marcha por ese ansiado vaso de agua.

Salió como pudo del agarre del mayor y se incorporó lentamente, observando la camisa de Sehun a sus pies e inclinándose a tomarla, poniéndosela antes de levantarse por completo.

La imagen que le dio a Sehun dejó a éste sin palabras. Sonrió para sí mismo y procuró levantar un poco la prenda para que se alcanzase a ver parte de su trasero.

—Voy y vuelvo, Sehunnie~.

El caminar del rubio no hacía más que empeorar su aturdimiento y agrandar el problema en su entrepierna. Su cabeza comenzó a trabajar en todos los posibles escenarios donde él se levantaba a alcanzarlo, jalarlo de nuevo hasta la cama y seguir con lo de anoche, pero su parte razonable lo abofeteó mentalmente por tener ese tipo de pensamientos tan sucios a tan temprana hora.

Suspirando desilusionado, se levantó y alcanzó el pantalón de pijama sin usar en uno de los cajones, saliendo de la habitación y llegando a la cocina para encontrar al provocativo muchacho inclinado sobre la encimera mientras bebía alegremente de su agua.