Capítulo XX.

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El timbre del hogar de los Park suena y Chanyeol, recostado sobre el sofá viendo un poco de televisión, echa la cabeza hacia atrás al recordar que sus padres no se encuentran en casa.

Desganado se levanta y ordena sus cabellos revueltos, parándose frente a la puerta para abrirla y quedarse sin palabras ante lo que se enfrenta a él.

—Hyung.

Las palabras que salen de la boca ajena son tan débiles y frías que se estremece, más aún con la vidriosa mirada avellana sin vida que está indudablemente revelándole algo: él está mal.

—Luhan... —alcanza a murmurar antes de que el rubio envuelva sus temblorosos brazos alrededor de su cintura, escondiendo el rostro en su pecho mientras leves temblores hacen vibrar su espalda— Lu.

Lágrimas espesas cayeron por sus pálidas mejillas, cuyo camino era una y otra vez atravesado por más y más lágrimas de amargura, de tristeza, de un típico chico con el corazón roto por primera vez.

Una ira tremenda comenzó a correr por su torrente sanguíneo mientras estrechaba el menudo cuerpo entre sus brazos, calmando todas esas ansias que había tenido acerca de tenerle cerca y a la vez sintiendo su corazón latiendo desbocado por ser el consuelo del menor.

Como pudo cerró la puerta y arrastró a Luhan hacia el sofá, recostándose de tal manera que ambos cupieran mientras estiraba un brazo y apagaba el televisor.

Luhan se abrazó más a su pecho, entre ahora sollozos, y el alto lo único que pudo hacer fue taparlos con una manta y acariciar con dulzura su espalda para tranquilizarle, transmitiéndole sus deseos implícitamente.

Como era de esperarse, el llanto de Luhan fue disminuyendo hasta quedar en simples hipidos y adorables gruñidos contra el pecho del más alto.

— ¿De nuevo extrañas a Pato? —preguntó suavemente, guardándose un jadeo cuando Luhan arrugó entre sus puños su suéter, en consecuencia el cuerpo foráneo apegándose más al suyo.

—Si —murmuró con voz rota, levantando un poco su cabeza para poder mirar al alto—. ¿Por qué el amor hace doler tanto aquí, hyung?

Mejillas rojas y húmedas, ojos hinchados y un tierno puchero fue lo que le descolocó, apartando rápidamente la mirada hacia donde el rubio le estaba indicando, justamente en el pecho.

Frunció el ceño, sintiendo un picor desagradable en la garganta.

— ¿Qué sucedió para que estés así?

Los ojos de Luhan se aguaron, sumándole la sonrisa triste que esbozó antes de bajar nuevamente la cabeza.

—Prefiero no hablar de eso.

Un suspiro abandona los labios de Chanyeol, rindiéndose finalmente a todas esas sensaciones que la cercanía con el menor causan en él, alterando cada pequeña célula de su cuerpo, desorbitando su mente y llevándola a vagar por rincones incógnitos de un nuevo universo.

En ese mismo instante puede dejar de lado toda negación y atreverse a admitir tanto que sólo pensarlo le resulta abrumador, por tanto se abstiene a usar innecesariamente su cabeza y disfruta el efímero momento íntimo junto a él, la persona que está poniendo su mundo de cabeza.

La noche cae y es cuando Chanyeol lleva entre sus brazos a un adormecido Luhan a su casa, aguantando las miradas inquisitivas de Kibum y Jongin mientras sube al segundo piso, entra a la habitación correspondiente y arropa con cariño al menor, impulsivamente besando su frente antes de salir y cerrar la puerta tras de sí.

Cute and pervert » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora