Cute and pervert » hunhan.

Capítulo XXXIII ━ parte dos.

Las fotos que su empleado les trajo hace unas cuantas horas yacían extendidas sobre su escritorio, perfectamente ordenadas para dejar a la vista cada detalle en ellas a la chica que fruncía el ceño al observarlas con detenimiento.

— ¿Por qué me muestras esto, tío? —inquirió Minzy, asqueándose un poco cuando pasaba de largo varias fotos donde Luhan y un hombre extraño para ella compartían gestos demasiados íntimos— No es cómo si no estuviese enterada de que el mocoso es un marica, pero precisamente no quería saber con quién se las está dando de zorra.

—Estas enterada de que Irene estaba saliendo con un muchacho que trabaja en la misma empresa, ¿No?

La menor asintió.

—Pues bien, te invito a imaginar quién es el acompañante de nuestro querido bastardo.

Extrañada, intentó leer entre líneas lo dicho por Jeonghoon, esperando no sacar una conclusión diferente. Sin embargo, cuando su mente se despejó de todas las dudas y pudo ver con claridad lo que quería mostrarle, su ceño se frunció y sus puños se apretaron a los costados de su cuerpo, sintiendo una ira tan tremenda que estuvo a punto de tomar las fotos y romperlas en mil pedazos.

—No puede ser cierto...

Él sólo la miraba con una sonrisa satisfactoria al notar que había conseguido la reacción deseada.

—Al parecer el ex novio de Irene fue seducido por él.

La maldad reflejada en sus ojos no se comparaba a lo que en realidad tenía por dentro. Deseaba hacer daño y destruir, deseaba exterminar lo que siempre vio como un estorbo. Era un hombre de alta clase y de ideas extremadamente centradas, el dinero rebalsaba de sus bolsillos y su actual vida era increíblemente perfecta; pero nada de eso era suficiente como para borrar la oscuridad dentro de su corazón y las ganas de querer deshacerse del mal sabor de boca, no mientras cierto rubio siguiese viviendo felizmente su vida.

Jeonghoon en algún momento fue un hombre de bien, algo prejuicioso y clasista, pero de bien al fin y al cabo. Tuvo un primer matrimonio con un comienzo deseado y una hija bastante anhelada, no obstante, todo se destruyó el día que Hyoyeon decidió tomar sus propias decisiones y no aceptar el futuro ya escrito que él le ofrecía.

—Lo destruiré —siseó entre dientes Minzy, cerrando los ojos con fuerza y mirando con furia los ojos de Jeonghoon—, juro que lo destruiré por todo lo que le ha hecho pasar a unnie.

—Eso quería escuchar.

La situación se había tornado bastante tensa y no sabía por qué ni en qué momento la conversación tomó ese giro tan inesperado.