Después de meses de investigación de un caso que no parecía tener mucho en qué indagar, con pruebas que se le habían sido otorgadas unos meses atrás con el fin de volver a abrir ese empolvado expediente, el señor Park dio con una sola persona.
Luhan le había pedido que aquello sólo se quedase entre ellos, que nadie más de su familia supiera, lo que le extrañó al mayor pero que no tuvo más remedio que aceptar. Fueron meses difíciles, reafirmando la información de aquella carpeta con evidencias y volviendo a tomar testimonio de personas que en su vida pensó que podrían tener algo que decir, sorprendentemente incluyéndose la abuela del pequeño.
Lu Jin murió en un accidente automovilístico, derrapado sobre el asfalto mojado ese día lluvioso y chocando con un camión, el impacto arrebatándole la vida. Eso es lo que por muchos años se supo cómo una verdad absoluta, ya que accidentes así eran más frecuentes de lo que cualquiera pensaría.
Sin embargo, luego de diecisiete años, los peritajes que quedaron al aire y una desconocida grabación de aquel día desde una cámara de seguridad de la autopista revelaron que aquello fue todo menos un accidente.
Desde el movimiento que hace el chofer del camión cuando el auto está cerca, del hombre que se baja del vehículo y se queda mirando la escena sin nada que hacer, de su estrepitosa huida al bosque que rodeaba la autopista y, finalmente, de la coincidencia más sorprendente de que justamente los frenos del auto de Lu Jin estaban cortados. Todo arrojaba una verdad dolorosa y cruel, una verdad que estuvo oculta y que de no ser por las pruebas entregadas se hubiese quedado como la injusticia más grande.
Lu Jin no había tenido un accidente, pudo haber sido salvado si el conductor que chocó contra él hubiese llamado a emergencias en el mismo instante del impacto, mas no lo hizo porque confesó que le habían pagado una suma de dinero millonaria por ello. El padre de Luhan fue asesinado y la persona detrás de todo era la que el señor Park menos esperaba.
Ahora comprendía por qué el pequeño le pidió mantener aquello confidencial y le inquietaba demasiado saber que él en realidad sabía toda la verdad y estaba lidiando con aquello solo.
No esperaba que un animoso hombre entrara esa tarde de lunes por su casa y abrazara con emoción a su madre y a Kibum, como si se conocieran de toda la vida y siendo que él jamás lo había visto, o eso creía.
Una cabellera castaña clara en contraste con una tez blanca y reluciente, vestía algo casual, pero con ese algo que lo hacía ver elegante, denotando quizás algo del estrato social al que pertenecía. Su sonrisa era reluciente al igual que el anillo en su dedo, algo que lo sorprendió un poco por lo joven que se veía aquel hombre.
―Qué bueno que viniste, Baekhyun ―dijo Kibum, dándole unas palmaditas amistosas al recién nombrado en la espalda―. Hace años no te veía.
―Los años no pasan para ti, hyung ―se burló, haciendo reír a la mayoría de los presentes―. Oh, vaya, has crecido un montón, Jongin.
El moreno entró en escena y se dio un choque de puños con Baekhyun, sonriéndole socarronamente mientras rascaba su nuca.

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Cute and pervert » hunhan.
Fanfiction❝Un pequeño accidente termina con un dolor de cabeza para Oh Sehun, el economista más joven y exitoso del país. Mientras más se pregunta cómo, no sabe por qué un chico de preparatoria terminó invadiendo su oficina de trabajo y su vida. Cuando comi...