Capítulo XXV ━ parte dos.

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En las penumbras de su habitación, Chanyeol rasgaba suavemente las cuerdas de su guitarra, haciendo sonar diversas notas en una melodía con deje melancólico.

Las palabras de Luhan seguían rondando por su mente, haciéndole fallar en los acordes de manera penosa, aunque no le podía importar menos.

— ¿Por qué tiene que ser tan extraño? —bufó cansado, rindiéndose finalmente con la guitarra y dejándola a un lado de la cama— Ese niño irritante.

Intentaba conectar de manera lógica sus palabras con sus acciones, fracasando rotundamente y aquello frustrándole con demasía. Hubiese sido mejor para Chanyeol que Luhan le hubiese dicho un "gracias, pero te veo como a un hermano" y no aquello que, sinceramente, no sonó como una respuesta a su confesión.

«¿Qué estaría pasando por esa cabecita rubia en aquel momento?» se preguntó, tirándose hacia atrás con tal de quedar completamente recostado en la cama. Quizás no fue la persona más agradable con el menor en todos estos años, pero lo conocía a la perfección gracias a que éste le dio la confianza y se mostró tal cual como era, pasando por alto el que Chanyeol le odiara en silencio.

Luhan llevaba consigo un pasado tan complejo y constantemente su vida corría peligro, por ende, para evitar más caos, jamás dejaba las cosas inconclusas; todo era un "si" o un "no", jamás un "tal vez" o un "probablemente".

¿Por qué hoy le había dejado en nada, entonces?

«Cuando desde un comienzo la guerra estuvo perdida, lo más sabio es retirarse antes de salir aún más herido» ¿Acaso eso sonaba como un consejo? Quizás para cualquiera si, efectivamente se trataría de un consejo. No obstante, él sabía perfectamente que aquel no era el caso.

Más que consejo, era una reflexión; debido a la expresión que Luhan mantuvo en ese momento y no por las mismísimas palabras.

Pero ahí venía otra interrogante: ¿Reflexión de qué?

Repentinamente su mejilla izquierda comenzó a cosquillear, dándole un muy corto flashback del sorpresivo y tierno beso que el rubio le había plantado.

Una vaga suposición abordó la mente del castaño, suposición que encendió sus mejillas y le hizo jadear de la sorpresa.

—No, definitivamente no —negó con frenesí, llevándose las manos a los costados de su cara y presionando sus manos heladas contra la acalorada piel—. ¿Pero si...? ¡Ah, no!

Odiaba tanto a Luhan por hacerle sentir tantas emociones a la vez.

















Hyoyeon había llegado esa misma tarde, siendo la sorpresa que Kibum le tenía a Luhan y a Jongin. Ambos muchachos saltaron sobre su madre para llenar sus mejillas de dulces besos mientras se peleaban por quien le abrazaría primero.

La madre pudo relajarse al ver que sus retoños estaban bien, incluso alegrándose inmensamente por tan cariñoso recibimiento. Sin embargo, no le fue desapercibido las actitudes muy contrarias de ambos, tanto negativa como positivamente.

Cute and pervert » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora