Capítulo XXXI.

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Lunes por la mañana y todos los ánimos en el aula de filosofía están radiantes, excepto el de una sola persona.

Tal y como si hubiesen retrocedido en el tiempo, Chanyeol yacía lo más lejos posible del despistado Luhan que llegó esa mañana y fue jalado por todos sus compañeros en un abrazo grupal al ver que era uno de los tres finalistas. Los saludos, felicitaciones y abrazos tenían la mente del menor ocupada, contagiado por tanta felicidad a su alrededor que apenas y se percataba de la ausencia de Chanyeol junto a él.

Mientras a metros el ambiente era de alegría pura, su rincón estaba acechado de espesas nubes grises que amenazaban con lloverle por encima de la cabeza, tal cual cómo sería en los dibujos animados. Su expresión no mostraba sentimiento alguno, manteniéndose estoico aun cuando Luhan logró salir de aquel circulo y comenzó a mirar hacia todos lados, buscándolo y dando finalmente con su solitaria existencia.

Los recuerdos del fin de semana reaparecieron en su mente, desde el viernes por la noche hasta el sábado, donde vio desde su ventana al menor hablando por teléfono con la sonrisa más bella jamás vista antes, haciendo cuestionarse la razón de tal sentimiento expreso en ella.

Lastimosamente en el fondo sabía la respuesta.

Esa mañana Luhan lucía distinto y no tanto por lo atractivo que se veía con sus hebras rubias un tanto despeinadas o por el permanente rosa tenue en sus mejillas, sino por el brillo inigualable en su mirada, aquel que nunca conoció antes y ahora aparecía así nada más.

En ese momento Chanyeol se preguntó si verdaderamente la razón era Sehun, deseando con todas su fuerzas errar.

— ¡Buenos días, hyung!

«No te acerques, Luhan. Tu presencia duele más que tu ausencia»

—Buenos días, Lu —respondió con su tono habitual, pero evitando hacer contacto visual con él.

El menor no parece notarlo al comienzo, pues sus compañeros de clases intentan llamar su atención nuevamente, pero, luego de hacerles una seña para que le dieran un poco de tiempo, se dirigió nuevamente al mayor y notó que seguía viendo cualquier otro punto lejos de su mirada.

— ¿Hyung? —quiso comprobar, acertando en que Chanyeol parecía estar evitando su mirada cuando le respondió con un ligero murmullo— ¿Te sucede algo?

«Me sucede todo» quiso responder, mordiéndose la lengua para no soltarlo. ¿Cómo respondía eso? ¿"No, Luhan, sólo estoy triste porque sé que prefieres a ese anciano y ni bola me das"? Ganas no le faltaban, pero no era lo correcto.

Pensó rápidamente en una mala excusa, ya que con Luhan tenía la fortuna de poder decir cualquier barbaridad y que éste le creyera ciegamente, no obstante, los saludos al profesor se hicieron presente y eso llevó a que Luhan rápidamente tomara asiento a su lado, elevando su brazo en un ademán de saludo efusivo al mayor del aula.

— ¡Buenos días, bebés míos! ¿Qué tal su fin de semana? Me imagino que no habrán fumado cosas ilícitas, ¿verdad?

Todos estallaron en risas y comenzaron un griterío de anécdotas acontecidas los dos días pasados, entreteniendo tanto al mismo profesor como a Luhan, quien carcajeaba y, de vez en cuando, tenía ataques de risa silenciosa que le hacían tomarse el estómago debido al dolor.

Por su parte, Chanyeol miraba con el ceño fruncido al profesor Zhang Yixing, el que llevaba ya varios años dando clases en la academia, denominado mejor como "el grande de la filosofía".

Si bien todos veían en él a un hombre sabio con un potencial único, para el castaño no era más que un tipo que fumaba hierba todo el tiempo y amaba a todo el mundo por el simple hecho de respirar.

Cute and pervert » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora