Cute and pervert » hunhan.

Capítulo XL.

Importante: leer nota al final del capítulo.

Wendy no midió su fuerza cuando impactó las carpetas sobre el escritorio de su jefe, sobresaltándolo de tal manera que el pobre hombre tuvo que llevarse una mano al pecho por el susto.

—Creo que no estás de humor esta mañana, Wen.

La rubia por poco lanza fuego por la boca al escuchar la voz del otro.

—¿Quieres explicarme por qué de pronto parece que tú y Bae Irene son los mejores amigos del mundo?

La pregunta es lanzada con tanta cólera que el economista realmente medita sobre su respuesta, dándole un corto análisis a la expresión nada agradable de su secretaria antes de finalmente contestar.

—Siquiera somos amigos, simplemente compañeros de trabajo cercanos —intenta usar la voz más calma que posee, poniéndose nervioso cuando una ceja amenazante se eleva en el semblante de ella—. Ella se ha estado sintiendo mal y sabes que no me gusta ver a la gente mal.

—Oh Sehun.

Cuando Wendy usa ese tono de advertencia, él sabe que debe agregar algo más.

—¡No tengo ningún sentimiento por ella! —los ojos de la rubia se suavizan un poco, muy poco— Sabes que estoy enamorado de Luhan, por el amor de Dios.

—A veces me da miedo creerte porque siempre terminas jodiendo todo.

—¡Hey!

Se sentó en la silla del otro lado del escritorio en silencio y sin intenciones que mirar hacia el frente mientras varios pensamientos invaden su cabeza.

Las cosas en aquellas últimas semanas estaban de lo más normal, hasta puede decir que en el edificio se respira un ambiente de paz que todos han notado con claridad. Sin embargo, algo en esa calma le inquieta de sobremanera y no puede descifrar qué es exactamente.

Incluso si lo parece, una fuerte corazonada le dice que nada va bien.

Suspira y, luego de largos minutos, conecta sus ojos con los de su jefe, a lo que este sólo puede ver la preocupación en los de su secretaria.

—Nunca te había visto tan feliz como ahora —confiesa, sonriendo cuando un tenue sonrojo se instala en las mejillas de Sehun al captar a lo que se refiere—. Tengo miedo de que suceda algo y termines sufriendo.

Sehun la mira atentamente y esboza una sonrisa ladeada, aquella que logra menguar un poco la preocupación de Wendy.

—Nada malo pasará como para lastimarme, Wen.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Sólo lo sé y ya —se encoge de hombros, tomando una lapicera encima del escritorio para comenzar a jugar con esta entre sus dedos—. Se trata de esas cosas que sabes que no pasarán porque las sientes de esa manera, pero que no tienes cómo comprobarlo. No hay de qué preocuparse.

Ella quiere creer, ella realmente lo intenta, mas hay algo que se lo impide y es la corazonada que le advierte de que no debe bajar la guardia y se prepare para algo inminente. Pese a todo, sonríe, dándole a entender a Sehun que cree y confía en sus palabras, incluso cuando la realidad está bastante más alejada a eso.

Sale de la oficina con incertidumbre, pero la deja de lado cuando decide ir al baño y refrescarse un poco. Camina a paso normal, queriendo tomarse un tiempo para ordenar su cabeza y así enfocarse en la extensa jornada laboral que tiene por adelante.