Era triste volver a casa y todos los días encontrarse con un frío plato de comida sobre la mesa envuelto en un papel de plástico transparente junto a una nota de "Recuerda poner la comida en el microondas sólo por tres minutos, cariño. Te ama: mami." Sin embargo, luego de los años, en vez de entristecerle, le comenzó a importar nada el hecho de pasar sus días de infancia solo en casa, sus únicas figuras adultas siendo su profesor a cargo de la clase y el amable conductor del autobús que lo dejaba justo a la entrada de casa.
Su padre era oficial de policías y su madre agente de viajes, por lo que era obvio que el tiempo en casa para ambos iba a ser lo mínimo comparado a sus extenuantes horas laborales. Su realidad no era la mejor, pero al menos agradecía tener unos cariñosos padres que se lo entregaban todo incluso si al final del día no tenían ganas de nada más que subir a su habitación y dormir por mil años.
Por ello aprendió a hacer cosas por sí solo, queriendo dejar de ser una carga para ellos y, al contrario, serles de ayuda para alivianar sus vidas. Aquello se los demostró cuando, con sólo siete años, hacía sus cosas solo y podía preparar un pequeño desayuno para él mismo, dejando descansar a sus progenitores antes de ir a despedirse de ellos y correr hacia el autobús fuera de su casa.
No supo en qué momento, pero la soledad se había vuelto su mejor amiga.
Sus pies se arrastraban por el pasillo, con una expresión adormilada y su cabello totalmente revuelto mientras bajaba de uno en uno las escaleras, sin percatarse de su madre esperándolo con una amplia sonrisa al final de éstas.
—Buenos días, Yeollie.
Los ojos del pequeño se abrieron como platos y, sin dudarlo, corrió a los brazos extendidos de la mujer, sonriendo alegre por tenerla junto a él esa mañana.
—¡Buenos días, mami!
La señora Park se tomó su tiempo para abrazar a su pequeño retoño, sin perder la oportunidad para besar repetidas veces sus suaves mejillas y perderse en el refrescante aroma del shampoo de bebé con el que aún lo bañaba.
El día anterior pidió tener una semana libre para pasarla con su hijo, a sabiendas de que una semana no sería suficiente para recompensar al menor de todo el tiempo ausente. Sin embargo, sabía que Chanyeol, aunque fuese sólo por un día, valoraría hasta el más mínimo momento junto a sus padres.
Su esposo le había mencionado que una nueva familia ocuparía la casa en venta junto a la de ellos, así que no encontró que el momento fuera más oportuno como para darle también una cordial bienvenida a quienes fueran a habitar aquella casa.
―Papá dijo que llegaron vecinos nuevos y hay niños de tu edad ―su entusiasmo aumentó cuando la mirada serena de su hijo brilló con curiosidad―. ¿Qué te parece si desayunamos, te vistes y vamos a saludar?
― ¡Si, mami!
Aunque Chanyeol no tenía amigos, tenía muy buena relación con sus compañeros de clase, por ello la idea de conocer niños de su edad que además serían sus vecinos le picó la curiosidad. ¿Qué clase de niños serían? ¿Harían la tarea juntos? ¿O podría irse con ellos a la escuela al menos?
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Cute and pervert » hunhan.
Fanfiction❝Un pequeño accidente termina con un dolor de cabeza para Oh Sehun, el economista más joven y exitoso del país. Mientras más se pregunta cómo, no sabe por qué un chico de preparatoria terminó invadiendo su oficina de trabajo y su vida. Cuando comi...