Cute and pervert » hunhan.

Capítulo II.

Hyoyeon no tuvo una vida fácil.

Crecer en una familia elitista con demasiados prejuicios a la sociedad quizás fue algo de lo que ella no se enorgullecía, pero que de cierta manera le ayudó a formarse como persona y ser alguien en la vida.

A sus 17 años conoció a su primer amor, entregándose ciegamente a aquel muchacho unos años mayor que le robó el corazón de manera despiadada, siendo correspondida para el asombro de todos. Raro para alguien como Kim Kibum, que a sus 26 años no le interesaba nada que no fuese su trabajo de profesor de literatura hasta que la estudiante entró a su aula por primera vez.

Estaba de más decir que fue difícil para ambos, pero lograron salir adelante aun cuando Hyoyeon supo que estaba embarazada, razón por la cual decidió irse de casa antes que seguir soportando los gritos y humillaciones de sus padres por comportarse como una "zorra" y arruinar ese esplendido futuro que habría tenido.

Kibum se preocupaba de ver a su pequeña amada tan triste durante los meses de gestación, sintiéndose una mierda por arruinarle el futuro a su chica por sus propios deseos de formar una familia. Sin embargo, Hyoyeon se daba el tiempo de recordarle cada noche lo feliz que era a su lado y que sólo estaba deprimida por no tener el apoyo de su familia.

La felicidad efímera que le habría entregado un estúpido cartón que le abría las puertas a un mundo de negocios que ella no deseaba no se podía comprar con el estar junto al hombre que amaba y estar esperando al pequeño fruto de ese primer amor.

Kim Jongin fue el comienzo de la alegría en su vida, pero aquello se vio opacado cuando presenció quizás una de las verdades más crueles y destroza sueños para una madre: ver al padre de su hijo serle infiel con otra mujer.

Tomando sus cosas y a su hijo, se largó de la casa de profesor, siendo acogida por una de sus mejores amigas y comenzando desde cero junto a su niño de tan solo un año de vida.

Si le decían que el primer amor es el mejor de todos, ella podría a ciencia cierta refutar aquello, porque en su caso, el segundo amor de su vida fue el que más le marcó y del que jamás se sentirá arrepentida.

Lu Jin, ese hombre chino de intercambio en la facultad de derecho, le hizo volver a confiar y creer en sí misma y en el amor, la joven madre creyendo así por fin superar el tormentoso recuerdo de Kim Kibum amando a otra mujer.

Fue a sus 21 años cuando volvió a ser bendecida con otra criatura en su vientre, un pequeño accidente a causa de una noche de fiesta en pareja.

No se arrepintieron de nada y ambos fueron felices durante el embarazo del pequeño Luhan, Hyo sintiéndose más feliz que nunca al ver que su futuro esposo los amaba a ella, a su hijo propio y al pequeño Jongin.

Todo era perfecto.

No fue hasta unas semanas antes del parto cuando recibió una llamada a su móvil, justo el día más lluvioso de abril, los agentes de la policía notificándole que Lu Jin había derrapado en su coche y chocó contra un camión, muriendo minutos después de la colisión.

Las lágrimas y los gritos desgarradores no se hicieron esperar, sintiendo las contracciones y un profundo dolor en su pecho por la pérdida de su amado. Eunji, al ver en las noticias del choque, corrió a la casa que su amiga compartía con su difunto novio, llegando en el momento preciso para ver como Hyo comenzaba con las labores de parto.

Esa noche fue un caos de lágrimas y dolores para la madre, pero que sin duda valió la pena cuando a la mañana siguiente despertó y la enfermera tenía en brazos a su segundo hijo, su querido ángel caído del cielo.