Mi corazón a ritmo de una honda.

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Circuito cerrado, todo a terminado, la temporada de motoGP ha acabado,  y él, él es el campeón, mi mejor amigo. Estoy muy orgullosa de él, y de Álex también, pero ahora mismo no pueda decirles nada, no voy a ser cómo todas esas miles de fans que les persiguen por todo el mundo, no, ahora no es mi turno. 

- Álex: ¿te quieres venir a cenar para celebrar la victoria de Marc y el fin de la temporada?

- No, Álex es momento de que lo celebréis vosotros juntos, en família.

Mientras digo todo esto, la mano de Álex se escurre por mi cintura, no sé que pretende, quizá que acepte su propuesta,  y le da resultado, no sé  porqué, pero acepto.

Nos vamos al camión, ese lugar dónde he vivido tantas experiencias, tantos momentos, el camión que acompaña a los chicos a todos los circuitos. Ese camión estará unos meses inactivo, hasta ese 23 de marzo de 2014, aún queda mucho tiempo para eso, así que dejo de pensarlo y me pongo a ayudarles a recoger todo antes de irnos a cenar.

Llegamos a un restaurante caro a las afueras de Valencia, me siento un poco incómoda, ya que no he traído dinero suficiente para un sitio tan elegante, y a mi precisamente no me gusta que me paguen las cosas.

Nos sientan  en una mesa en un cuarto diferente, cuarto donde sentarán a la gente importante, ya que tiene cocina propia y camareros propios.

Me pido ensalada de primero y bacalao al ajillo de segundo, comida sana, mientras que Álex y Marc se piden un chuletón de ternera, no sé cómo pueden comer tanto. Cuando por fin me lo he acabado todo,  me ofrecen un plato más, estoy llena, no puedo comer más, pero tiene una pinta... no puedo rechazarlo. Me lo acabo comiendo, con la ayuda de Julià y de Álex. Llegan los postres, no sé que pedirme, acabo decidiéndome por un sorbete de limón para bajar la comida, una de las mejores decisiones que he tomado en mis 17 años de vida. La noche se me iba a hacer larga.

Salimos del restaurante y nos dirigimos al hotel, para nuestra sorpresa, le habían preparado una fiesta a Marc, no sé que hacer, si quedarme o irme, acabo de decidirme cuándo veo a una de ellas, sí, decidido, me quedo. No voy a dejar que una rubia alta intente llevárselos al huerto, no hoy, no ahora. Así que con la ayuda de Álex entro en la habitación , demasiado pequeña para tanta gente, algunos compañeros de profesión de Marc  han bebido,  Dani está esquivando a uno de los demonios rubios. No lo entiendo, no sé porqué le han preparado todo esto, saben que mañana tienen los primeros tests de la pretemporada 2014, y cojer una moto y ir a 300 km/h con resaca no es aconsejable. Me falta alguien, el que a animado la temporada, sí, Jorge, ya sé que pasa aquí, tengo que llevarme a Álex y a Marc de aquí antes de que beban más, dicho y hecho, cojo a Marc primero, a Álex después,  cuando estamos apunto de salir, aparece una de ellas, pretende volver a llevárselos dentro, pero no se lo voy a permitir, ni por encima de mi cadáver.

- Paragüera: Marc, Álex ¿no os apetece venir dentro conmigo?

- No, no les apetece. 

- Marc: Anda Marina, vamonos, no perdamos el tiempo.

Cuando conseguimos salir de la habitación, nos dirigimos al pasillo camino de las habitaciones y aparece Jorge Lorenzo, no sé porqué, pero sé que esta vez es diferente, esta vez está enfadado, pero por suerte, antes de que se puedan decir nada, aparecen Pol y Aleix. 

- Pol: Hola chicos, felicidades Marc, buena temporada Jorge. ¿Os venís a la fiesta?

- No, gracias,  venimos de allí, ya nos íbamos.

- Aleix: de acuerdo, hasta luego.

Por fin llego a mi habitación, mañana será otro día.

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