capítulo 16.

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- A pesar de ser pizzas, estaban buenísimas Marc, eres un gran cocinero.

- Marc: o  gracias señora perfecta.

Reímos los dos, amo su risa.

- Marc, ¿que te parece si recojemos esto y nos vamos a dormir? Estoy cansada.

- Marc: bueno, podemos dejar esto para mañana, solo hay que meter las cosas en el lavavajillas y limpiar el horno.

- Bueno vale, voy tirando.

Una vez llego a la habitación del fondo del pasillo noto unas manos tapándome los ojos y una respiración ajetreada en mi cuello. Éste a preparado algo, lo intuyo.

- Marc saca la mano que no veo nada.

- Marc: eso es lo que pretendo, voy a guiarte, sigue de frente y cuando te topes con algo sientate.

Así lo hago, en cuanto me siento Marc me quita las manos de los ojos, está muy serio.

- Marc, ¿que passa?

Antes de contarme nada, se tumba en la cama y apolla la cabeza en mis piernas mientras yo le acaricio el pelo.

- Marc: Me voy Marina, me voy mañana a las 7 de la tarde.

- ¿Como que te vas? ¿donde?

- Marc: A la República Checa, tengo semana de test allí.

- Bueno, pero es poco tiempo, ¿no?

- Marc: es algo más complicado cariño... cuando acabe los test me iré a hacer la gira asiática, y estaré fuera unos dos meses.

No puedo evitar que una lágrima se escape de mis ojos, no puedo estar tanto tiempo alejada de él, y sabiendo que estará todo el santo día rodeado de modelos. Marc lo nota y me coje la cara con sus manos.

- Marc: sé lo que estás pensando pequeña, pero no te cambiaría por ninguna de ellas.

No puedo evitarlo y le beso, un beso apasionado y dulce a la vez, no se como explicarlo. Poco a poco los besos van subiendo de tono y nos vamos recostando en la cama hasta acabar completamente tumbados. Frente con frente. Noto su respiración agitada en mi boca, le beso, un beso acompañado de caricias, en una de las cuales me desprendo de su camiseta, y él hace lo propio con la mía. A decir verdad, me siento avergonzada, ya que nunca he estado así con él.

- Marc: eres jodidamente preciosa joder.

Mis mejillas se ruborizan, cosa que Marc nota, y para hacerme ruborizar más, empieza a darme besos y mordiscos por el cuello, joder, amo eso. La cosa va subiendo de tono, él desnudo y yo también, dándonos ese amor que siempre nos negamos.

Me despierto por un rayo de sol que entra por la ventana, y al abrir los ojos noto que está alguien observándome.

- Marc: Buenos días preciosa. Estas guapísima cuando duermes.

- Buenos días pelota, ¿que hora es?

- Marc: Gracias por el cumplido, las 09:30, ¿por?

- Nada, pensaba que era más tarde. ¿A que vas a ser buena persona y me vas a preparar el desayuno mientras yo me ducho?

- Marc: ¡a las órdenes mi capitana!

No puedo evitar reírme ante su comentario, me da un beso y se va a  la cocina. Cojo una camiseta ancha que veo por ahí y me meto en la ducha. Tardo unos 30 minutos en ducharme y 20 en secarme el penó, cepillarlo, maquillarme y demás.

Cuando bajo a la cocina ahi en la mesa unas tostadas con mermelada y mantequilla y un zumo de naranja recién exprimido. Empiezo a comer, está todo delicioso.

- Marc, ¿a quién le has pagado para que haga el desayuno?

- Marc: venga, vasta con las bromitas listilla, y para que te quejes, he puesto todo lo de ayer en el lavavajillas y he limpiado el horno.

- Muy bien, así me gusta. Oye, ¿tenías pensado hacer algo hoy?

- Marc: me iba a ir con mi hermano a entrenar y luego a comer con mis padres y Álex.

- A bueno, ¿te parece si te llevo al aeropuerto?

- Marc: vale cariño, tequiero, me voy ya.

- Tequiero.

Me da un beso de despedida y se va.

Ese mismo día, a las 17:30.

- Marc: vamos Marina, que solo vas a llevarme al aeropuerto, no tienes que tardar horas en arreglarte, voy a perder el avión.

- vale vale, ya voy.

El viaje hasta el aeropuerto es pesado, hay un silencio incomodo que ninguno de los dos nos atrevemos a romper. 45 minutos mas tarde llegamos.

- Bueno, supongo que esto es un adiós hasta dentro de 1 mes ¿no?

Mierda, ya estoy llorando, soy demasiado llorona.

- Marc: Anda ven aquí.

Me abraza fuerte para tranquilizarme.

Pasajeros del vuelo 5347 destino República Checa ya pueden embarcar.

Marc y yo nos separamos, se despide de su madre, y finalmente de mí. Odio las despedidas, así que le digo adiós a Roser y me voy a casa, aunque solo sean las 19:40 de la tarde, quiero dormir, estoy cansada. y hacerme a la idea de que estaré sin ver a mi novio un mes no me ayuda mucho.

Mi corazón a ritmo de una honda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora