Capítulo 22.

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*Narra Àlex*

-Emilio, ¿has visto a Marc?

- No, y la verdad es que hace rato que no le veo, y ya tendría que estar aquí para las sesiones de fotos con los patrocinadores.

- Lo sé, por eso lo busco

- Pues yo no sé nada, Àlex.

- Vale, hasta luego.

Este Marc, tengo el hermano más despistado del mundo. Pues no lo voy a buscar hasta que al señor le de por aperecer, últimamente no estamos bien, son peleas constantes, no sé. Mejor no pensar en esto, como es miércoles y aún no se ha empezado a rodar, me voy a correr por el trazado, esto me va a relajar.

45 minutos más tarde.

estoy corriendo por la pista cuando de repente veo a Marc con una chica, no es Marina, sino Laia, su ex. Están muy juntos, espera, no, se están besando, ¿que coño hace? No puede estar haciéndole esto a Marina, no puede. Decido ir hacia él y decirle un par de cosas.

-Marc!

- ¿Alex?

- Sí, yo, ¿así que esto hacías en vez de estar con tus patrocinadores, eh?

- Mierda, los patrocinadores.

- Sí Marc, ¿que cojones estas haciendo? Tienes a la tía más especial del mundo, ¿y te enrollas con ella?

- Alex, yo....

En medio de esta conversación se oye a alguien gritando el nombre de mi hermano, es Marina.

- Marc, dime que no es cierto- Dice Marina mientras sus lágrimas empiezan a caer por sus mejillas.

- Marina, yo, lo siento, siempre has sido un calentón, quiero a Laia.

- ¿por eso me has traído aquí, no? Para que lo vea y no tengas que darme explicaciones. Eres un cabrón, Marc Márquez.- Se va, llorando, hundida, jamás la había visto así.

- Àlex,hermano...

- Ahora no Marc, la has cagado.

Salgo corriendo hacia la primera curva, allí está Marina, en el suelo, llorando y con la cabeza gacha.

- Marina...- le digo sentándome a su lado y pasándole el brazo por encima de los hombros.

- Àlex, ahora no, quiero estar sola.

- Marina, sé que quieres estar sola, pero por favor, escuchame.

Marina se gira con un mar de lágrimas en sus mejillas.

- ¿Qué?

- Mi hermano es un completo gilipollas, lo sé, pero no todos los Márquez somos iguales, déjame ayudarte, por favor.

- No necesito la ayuda de nadie, Àlex.

- ¿Que no? Que yo sepa, a la Marina a la que veía en el instituto nunca se le veía llorar, siempre con una sonrisa en la cara, como nosotros, ella nunca se rendía y luchaba por lo que quería, era fuerte.

- Àlex, ¿como me pides que sea fuerte? ¿Acaso sabes como me siento?

¿que si se como te sientes? Marina, llevo años enamorado de ti, aguantando como tonteavas con mi hermano, cuándo él sólo te quería por calentón, sabia que esto pasaría, pero, ¿como decírtelo? Estos pensamientos pasan por mi cabeza cuando me doy cuenta de que Marina me esta mirando esperando una respuesta.

- Aunque no lo parezca, sí se como te sientes, pero tienes que tirar para adelante petita.

- Gracias Àlex, confio en que me ayudes eh pistolitas jajajaja

- Pues claro Marina, tu ahora centrate en tus amigos y en tus estudios. ¿que es eso de pistolistas, eh?

Nada más decirle esto, sale a correr y yo detrás suyo, para ser una chica, corre bastante. Cuando la alcanzo acabamos los dos estirados sobre el asfalto del circuito riendo. Sí, la quiero.

Mi corazón a ritmo de una honda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora