|CAPÍTULO 20|

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Leila

Luego de que Alex me besara nos separamos y lo quedé mirando. Tenía cara de preocupación, quería preguntarle que pasaba, pero no quería que se enojara por ser así de curiosa...

- ¿Quieres saber qué pasó? -preguntó Alex.

- No... No es de mi incumbencia. -dije mirando hacia abajo.

- Vamos Lei... -dijo levantando mi mentón.- lo noto en tus ojos, aunque también noto que estuviste llorando... -dijo con el ceño fruncido- ¿Qué pasó? -dijo mirándome con cara de preocupación.

- Nada, vayamos con los chicos. -dije caminando para irme.

No quería contarle, seguro que no me creería y diría que habrá sido mí imaginación o que estoy loca. Aunque siendo sincera creo que ni yo misma creo lo que vi ahí arriba.
Pero en eso siento que me toma de la muñeca...

- Hagamos un trato... Yo te cuento lo mío, si tú me cuentas lo tuyo ¿ok? -dijo mirándome.

La verdad que no me parecía mala idea, tal vez me crea o tal vez no, pero quiero saber lo que pasó con él...

Mientele con lo tuyo, él nunca lo sabrá.

Lo estuve pensando, pero no me gustaría mentirle.

Oh vamos, tal vez él haga lo mismo con lo suyo.

Ok, lo haré, pero algún día le contaré la verdad.

Y si él te mienten cuando tú le digas la verdad, él te la dirá también.

Tienes razón.

- ¿Y Lei? ¿Qué te parece? -preguntó sonriendo.

Esa maldita sonrisa que tiene me vuelve loca.

- Mmh... Esta bien, pero mañana, cuando los chicos se vayan. -dije mirando hacia el living.

En eso entran todos a la cocina y se sientan en la mesa.

- ¿Y la comida? -preguntó Matt sobándose la panza.

- ¿Qué comida? -pregunto confundida.

- La que dijiste que ibas a hacer. -dijo James.

- ¿Que yo iba a hacer? -dije tocándome.

- ¡Leila, son las diez de la noche! -gritaron Bella y Lucy.

- ¿¡Son las diez!? -pregunté gritando.

Alex revisa su celular...

- Pues sí, son las diez de la noche. -dijo mostrándome el celular.

- Ok, entonces chicas ayúdenme a cocinar.

- Pero yo no sé cocinar. -dijo Bella.

- Eso no importa.

Nos fuimos las tres a cocinar, mientras que los chicos iban a acomodar las cosas para luego acostarnos. Espero que no se maten porque casi no se ve nada con la vela, ya que no había luz.

No sé si mentirle a Alex, quizá le diga la verdad y ya. Mejor lo consulto con las chicas...

- Chicas... ¿Estaría mal que yo le mintiera a Alex? -dije muy despacio para que los chicos no escucharan.

- No si es una mentira piadosa. -respondió Bella inclinándose hacia mi apuntandome con el dedo.

- Yo opino que deberías decirle la verdad. -dijo Lucy sin sacar la mirada de lo que estaba haciendo.

- No, tú, cállate Lucy, anda mientele, de todas formas él no lo sabrá... -dijo dándome un golpe en el brazo.

- Ok, creo que voy a pensarlo... -dije poca convencida.

Mientras cenamos estuve pensando en si debería mentirle o no a Alex...
Lo mejor sería no mentirle. Aunque posiblemente piense que estoy loca o que fue producto de mi imaginación.
Sinceramente ya no sé que hacer, seguramente en el momento que vaya a contárselo me saldría...
Ya se estaba haciendo tarde así que decidimos acostarnos a dormir.
Como no había luz no podíamos hacer nada, tampoco queríamos volver a jugar el juego de la copa, en especial James. Luego de un rato me quedé dormida, en el pecho de Alex y escuchando los latidos de su corazón.

Alex

A la mañana siguiente me levanté antes que todos. Leila estaba durmiendo toda despatarrada, se veía tierna. Decidí arroparla e ir a la cocina por un café.
En eso se levantan James y Matt.

¿Pero qué pasa hoy? Todos nos despertamos antes que las chicas...

-Buen día chicos. -digo sentándome con la taza de café.

- Yo también quiero uno. -dijo James refiriendose al café.

- ¡Hola James, buen día! -gritó Matt sarcásticamente.

James lo miró de mala gana, pero nos dió los buenos días. Decidí preguntarle a los chicos si debía mentirle a Leila o no.

- Oigan chicos... ¿Está bien mentirle a alguien?

- Creo que sí, pero si la mentira no trae consecuencias. -respondió Matt.

- Tú no sabes nada Matt. -dijo James.- yo creo que no deberías mentir de ninguna manera. -respondió tomando un sorbo del café.

- La verdad es que mejor voy a hacer lo que diga mi corazón. -respondí girando la taza.

Luego de un rato las chicas se despertaron.

- Buen día. -dijeron al mismo tiempo.

- Buen día. -respondimos.

- Hola pitufo gruñón. -le dije a Leila dándole un pequeño beso.

- ¿Pitufo gruñón? -preguntó con el ceño fruncido.

- Sí, en el estante tienes tu cereal.

- Gracias. -dijo pasando su mano por mi cabello.

Luego de haber ordenado todo y de cambiarnos comenzamos a hablar de idioteces.

- Chicos, ¿qué tal si hacemos una fiesta? -pregunta Bella.

- No es mala idea, ya saben para despedir las vacaciones de invierno. -agrega Leila.

- Esta bien, pongamos mí casa.

- ¡Esto estará genial! -grita Leila como loca.

Básicamente nos pasamos toda La tarde planeando todo para la fiesta. A la noche los chicos se fueron a sus casas y volvíamos a estar solo Lei y yo.

- Al fin volvemos a estar solos. -dije acercándome a ella.

- Hoy no Alex. -me respondió sin más.

- Oh vamos. -dije agarrándola de La cintura.

- ¡Te dije que hoy no Alex! -gritó y yo me separé.

- ¿Qué sucede? -pregunté confuso.

- Nada. -dijo con frialdad.

- Cuéntame.

- ¡Estoy en mis días!

- ¿Osea?

- ¡Que me vino mí periodo, idiota!

- ¡Ah! Ahora entiendo. -dije pellizcando su mejilla.

Me corrió y se fue a dormir...

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Wow yo otra vez, al fin actualicé ojalá no se acabe el mundo, pos nada, a veces me agarran esas ganas de escribir y bueno, es un poco corto, pero ya iré subiendo los demás, los amo 💜.

Un beso y un abrazo.

Atte: Caroo Gerstner

Los Cambios siempre existieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora