Salimos corriendo hacia el gigantesco parque de atracciones, donde Alex había decidido hacer nuestra cita.
- ¿A dónde quieres ir? -dijo viendo hacia todos lados.
- ¡A la montaña rusa! -dije emocionada.
- ¿A... la... montaña rusa? -dijo con la voz temblorosa.
- ¿Miedo? -pregunté empujándolo.
- ¿¡Qué!? ¡Claro que no! -dijo haciéndose el valiente.
- Entonces vamos. -dije llevándolo a rastras hasta la montaña rusa.
Después de bajar y de que a Alex le dieran siete ataques cardíacos juntos, me llevó a un puesto donde había que derribar latas.
- Tres tiros son 5 dólares. -dijo el vendedor apuntando hacia las latas.
- Deme los tres tiros. -dijo eso y le pagó, yo me quedé de brazos cruzados viendo como perdía.
- Wow, eso fue increíble, solo que el juego consiste en darle a las latas no en esquivarlas. -dije riéndome y aplaudiendo sarcásticamente.
- Oh cállate. -dijo abrazándome por detrás.
- Te... quiero. -dije muy poco segura.
- ¿Qué dijiste? -dijo girándome para verme y sonriendo.
- Lo siento. -dije agachando la cabeza.
- No pidas perdón por eso, yo también te quiero. -dijo abrazándome contra su pecho.
Estuvimos recorriendo todo el parque hasta que se hicieron las 20:00 p.m.
- ¿Y ahora? -pregunté mirando por todos lados.
- Ven, guardé lo mejor para el final. -dijo tomando mi mano.
Fuimos a la rueda de la fortuna. Y cuando estábamos en lo más alto Alex me tomó de la mano.
- Lei... tú sabes que me gustas desde los 14 años ¿no? -preguntó nervioso.
- Sí, lo sé. -dije mirándolo.
- Bueno, nunca me dejaste de gustar, eres la primer chica que conozco que no se interesa en mi por lo físico o por ser el líder del equipo de rugby, si no por quien soy. -dice rascándose la nuca.
- ¿A qué viene todo esto? -dije divertida.
- Lei... ¿quieres ser la chica con la cual haga todas mis locuras y con la que me despierte todos los días? -dijo nervioso.
¡Dile que no!
Cállate esta es mi vida, no tuya.
- Alex... yo... claro que sí. -dije eso y lo abracé.
El me correspondió el abrazo y pude por primera vez sentirme segura en los brazos de alguien. Estuvimos abrazados hasta que llegamos abajo. Nos estábamos yendo al auto y...
- ¿Tienes hambre? -preguntó entrelazando su mano con la mía mientras caminábamos.
- La verdad que sí. -dije tocándome la panza con la mano que tenía libre.
- Pues vayamos a comer, ¿te parece? -dijo sonriendo.
- Claro, vamos. -dije abrazándolo.
Subimos al auto y fuimos a un Mc Donald.
- No es el lugar más elegante, pero bueno. -dijo con tranquilidad.
- No pasa nada. -dije caminando a una mesa.
- Voy a ordenar algo ¿quieres una hamburguesa? -preguntó parándose.
- No... No me gustan las hamburguesas, tráeme una ensalada. -dije sonriendo.
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Los Cambios siempre existieron
Fiksi RemajaLeila es una chica, que por culpa de los problemas con su familia, llegó al punto de auto lesionarse. Su madre era muy dura con ella y su hermano la trataba como una basura. Ella ya no tenía vuelta atrás, pero una persona llega y hace que todo lo qu...