Quinta parte.

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Miraba con ansias al azabache que se encontraba a diez metros de distancia, haciéndolo gruñir de frustración.

Desde hace meses que el ojiverde ya no le hablaba, ¡ya habían pasado las malditas vacaciones de navidad! Joder, le molestaba, y mucho, casi al punto de querer matar a cualquier persona que se encontrara entre ellos dos, sin importar que fuera padre, alumno, muggle, mestizo o sangre pura, ¿qué importaba cuando no estaba al lado de aquel joven de hermosa presencia?

Observó al adulto que estaba al lado de su chico, reconocería al hombre en cualquier lugar. Sirius Black abrazaba al Slytherin como si no hubiera otro día después de ése, o lo abrazaba hasta que un castaño lo empujó y se robó los brazos del pequeño.

Frunció el ceño, conocía a ese chico, lo sabía, pero nada venía a su mente, tal vez era un mortífago antes de su caída, mas no recordaba su nombre, tal vez eso demostraba que no era tan importante como lo eran los de sus círculo cercano, aunque ahora sí lo era, estaba abrazando a su perfecta pareja.

—Lucius, ¿quién es él? —preguntó con fingida inocencia.

Su seguidor volteó y miró la dirección que su dedo apuntaba, abriendo los ojos exageradamente al ver al joven que se entraba abrazando al sanctu con cariño.

—¿Será...? —musitó acercándose rápidamente a la familia que se despedía después de las vacaciones navideñas.

Lucius Malfoy se acercó al Slytherin que antes formaba parte de su pequeña familia y saludó con amabilidad, Tom podía jurar que vio un toque de cariño en los ojos de su supuesto tío.

—Black —saludó esta vez a Sirius con un asentimiento de cabeza, acción que correspondió el padre del mayor—. Lupin —repitió la acción para luego mirar al castaño menor—: Y... ¿usted es...?

—Nadie importante —susurró el aludido sin prestarle atención al Malfoy—. No le hagas caso a Sirius, no hagas bromas ni te comportes como los estúpidos Gryffindor que...

—¡Hey! —rugió el nombrado haciendo un puchero— ¡No todos los Gryffindor somos idiotas!

—Sí es cierto —defendió el Harry cruzándose de brazos—, Remus no es un idiota...

—Oh, cierto. Perdón, Rems —se disculpó el castaño sonriendo.

—¡Hey! —gritó nuevamente el mayor de los Black, pero, antes de volver a protestar, una voz los interrumpió.

—¿Está todo bien? —la ronca voz llamó la atención de los presentes.

—Sí, señor Moody —intervino el de lentes sonriendo—. Sólo estamos saludando viejos amigos...

—¡Harry! —el nombrado volteó y abrió los brazos para recibir a su mejor amigo en sus brazos— ¿Cómo te fue en tus vacaciones?

Tom rodó los ojos y decidió meterse a buscar un compartimento desocupado. No le gustaba estar en medio de un disturbio de personas, aunque se lamentó mentalmente, una de esas personas era su amado Harry, quien no había visto en un largo tiempo y, también, era la única persona capaz de no prestarle atención en ningún momento.

—¡Thomas!

El nombrado miró hacia la persona que gritó su nombre, Pansy le hacía una ceña para meterse al mismo compartimento que ella, cosa que hizo sin ningún esfuerzo. Si ella estaba en uno, lo más seguro era que Theo y Zabini también estuvieran, por ende, Draco y Harry se meterían en ese compartimento.

 —¿Cómo te fue en las vacaciones?—preguntó su compañera sentándose a su lado— ¿Harry te respondió tus cartas?—preguntó nuevamente con un toque de burla.

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