Séptima parte.

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Ojos castaños analizaron a su alrededor con molestia. Sólo lo hacía por Harry, y realmente le molestaba ese hecho, mientras el azabache se encontraba ligando a algún estúpido ajeno de la casa Slytherin, él tenía que salir con su nueva amiga, la idiota-quita-chicos, según el ojiverde, quien no había dejado de suplicar para que saliera con la Ravenclaw, según el chico "la chica podría ser completamente diferente a lo pensado y gustarte" argumentó, pero no. Tom nunca gustaría de un Ravenclaw, menos de esa chica molesta, ni se mencione el hecho de tener que dejar a Harry. Él nunca dejaría a su chico.

—¿Te gustan los dulces? —preguntó la chica mirándole con interés.

Iba a negar la idea, pero sonrió para sus adentros. A Harry le gustaban los dulces, si iban a Honeydukes le podría comprar algo a su Slytherin favorito, ¿quién sabe? Tal vez Harry se abra un poco más a él con una pequeña bolsa de dulces...

—Sí, me gustan —contestó con frialdad.

La chica sonrió y asintió animada, llevándolo hacia una parte de Hogsmeade con una sonrisa en su rostro.

No sabía cómo Chang podía ser tan ilusa.

—No sé si sabías que Hogsmeade tiene una asombrosa dulcería, tienen de todo allí —murmuró agarrando su mano y jalando de él.

Tom puso los ojos en blanco y se dejó guiar, odiando el momento en el que aceptó ayudar al chico. Ver la sonrisa en los labios de Armus era un regalo muy especial, pero estar con esa chica era el peor de los infiernos.

—Te presento Honeydukes —habló nuevamente Chang—. Aquí podrá encontrar cualquier tipo de dulces que imagines, es genial, más las bolas de...

—Chang, ya lo sé —interrumpió sonriendo con burla—. Conozco este lugar desde hace mucho.

La chica se sonrojó y asintió avergonzada.

—¿Te parece si compramos algo por a...? Bueno, este lado también está bien —susurró caminando en la misma dirección que Tom.

El chico rodó los ojos y caminó hacia la sección de chocolates para luego ir a la de gomitas picantes. Sí no recordaba mal -y era de dudar que pasara eso-, a la pequeña estrella le gustaban los chocolates amargos.

—No sabía que te gustaban los chocolates —comentó Cho atrás de él—, es algo tierno de tu parte...

—No son para mí —contestó despreocupado—, es para una persona especial.

—Oh —susurró—, no debes comprarme chocolates, pero es un bonito detall...

—No son para ti —interrumpió empezando a caminar hacia otra estante que se encontraba repleto de diferentes chocolates y dulces—, son para una persona realmente es especial para mí.

—Oh —volvió a susurrar—, bueno... Yo iré a comprar plumas de algodón por allá —comentó empezando a caminar hacia el estante que poseía dichos dulces.

Tom se encogió de hombros y siguió escogiendo dulces aleatoriamente para su pequeña serpiente. Negó con la cabeza. Esperaba que al final de la semana Armus siguiera teniendo esa hermosa y escultural figura en su cuerpo.

♣ ♣ ♣ ♣

Gruñó internamente. Había buscado a Harry en la Sala Común de Slytherin y en su habitación, pero éste simplemente no estaba en ninguna, le preguntó a Theo dónde estaba, y éste le respondió con un simple movimiento de cabeza, señalando un libro, mas tampoco se encontraba en la Biblioteca.

¡Joder! Necesitaba ver a esos cabellos revoltosos rápido antes de que Hogwarts empezara a temblar al sentir su desesperación. Necesitaba estar al lado de su pareja en ese momento.

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