—Tom —llamó el azabache corriendo hacia su novio y abrazando su brazo—, ¿cuándo conoceré a tu familia?
—Llevas más de dos meses preguntando lo mismo...
—Y tú siempre me respondes los mismo —se quejó el menor haciendo un puchero—, creo que es justo que me presentes a tu familia. Yo ya te presenté a la mía.
—Adorable tu familia —susurró más para sí mismo que para el chico frente a él. Armus, quien ahora estaba con el hechizo glamour encima, frunció el ceño al oír eso.
—¿No me quieres presentar a tu familia? —cuestionó Armus.
Tom suspiró y dejó de caminar cuando vio que nadie se encontraba en el pasillo en el cual ellos transitaban. Desde hace cuatro meses que las vacaciones de verano habían terminado, pero eso o fue mucho, ya que las vacaciones navideñas ya habían pasado sin mayor esfuerzo, haciendo que la pequeña y brillante estrella empezara a preguntar la misma pregunta cada vez que podía, cosa que le complicaba un poco al Señor Oscuro, ¿cómo le podría presentar a su familia cuando ésta estaba muerta? No podía porque, simplemente, ni sabía dónde estaban los restos de los cuerpos, tal vez los de su padre y abuelos paternos, pero ellos no se consideraban exactamente familia.
—No te lo quería decir hasta que fuera un buen momento —habló con algo de resignación en su voz. El pequeño Black sólo pudo asentir algo confundido—. No tengo familia, mi padre abandonó a mi mamá cuando estaba embarazada de mí y ella murió cuando yo nací.
Armus abrió los ojos sorprendido para luego sonrojarse.
—¿Por qué no me dijiste antes? —cuestionó mirando la ventana que estaba a su lado— Así no te hubiera perseguido todo este tiempo con esa estúpida pregunta.
—No estaba seguro de cómo decírtelo.
—Entonces... ¿con quién vives? —cuestionó frunciendo el ceño curioso.
—Ahora estoy viviendo con Lu... mi tío Lucius, tenemos un raro parentesco y me invitó a vivir con él algún tiempo —dijo encogiéndose de hombros.
Armus asintió y los dos empezaron a caminar con el silencio acompañando cada uno de sus pasos, para Orión era claro que había algo raro. Había conocido a los Malfoy demasiado bien y ellos nunca le dijeron sobre un parentesco con los Sayre, sin contar que vivió con ellos el suficiente tiempo como para ver su árbol genealógico, el cual no destacaba ninguna conexión con dicha familia, también era raro que el señor Malfoy no aprovechara el estatus de los Sayre contando que éstos eran una familia sangre pura demasiado antigua, sin contar que era una de las más conocidas en América.
Miró a su novio con curiosidad. Tom le ocultaba algo y eso no le gustaba para nada, no cuando él ya le había dicho todo sobre él y sobre su familia.
—Iré a la Biblioteca —declaró empezando a caminar hacia otro pasillo. Aprovecharía su tiempo libre para investigar a la familia Malfoy.
—¿No quieres que te acompañe? Podríamos estudiar juntos —ofreció Tom caminando al lado de Armus, quien negó con la cabeza.
—No hay necesidad —desechó sonriendo—, ve con el profesor Snape. Nos vemos en la habitación.
Tom asintió confundido y se separó de su pareja para seguir su camino, sin notar realmente los pensamientos que pasaban por la mente de su estrella.
Armus miró por última vez a su novio antes de correr y buscar a la persona que podría confiar en estos momentos, sin contar que iba a necesitar sus conocimientos sobre el tema. Su mejor amigo sabía mejor que nadie los árboles familiares de los sangre limpia, sin contar que, en ese momento, iba a investigar a su familia.
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Nuestros destinos.
FanfictionNo sólo las criaturas mágicas tienen parejas destinadas. Toda la verdad se encuentra en ese libro prohibido, escondido de cualquier mirada curiosa desde que el ministerio lo prohibió un día después de su creación... ¿Qué pasa si alguien descubrier...