Capítulo 14

227 12 0
                                    

La mañana del alta, tres días después, me había despertado temprano. Pero no me levanté de la cama. En su lugar, me senté y me quedé viendo como Harry dormía junto a mí, sentado en su silla y con la cabeza junto a mi mano, la que sujetaba entrelazando sus dedos.

Apenas me había dormido esa noche tuve una pesadilla, una horrible que trajo feos recuerdos a mi cabeza. Le supliqué a Harry que me dejara sola, que necesitaba pensar y su única respuesta fue:

-No te dejaré...

Y sujetó mi mano con fuerza. Con protección. Confiaba en él, volví a dormir, sintiéndome protegida pero eso no alcanzó para evitar una nueva pesadilla, ésta menos escandalosa.

Pero él se veía demasiado tierno, con el cabello así, enredado, hacia todas partes, su rostro preocupado, contraído por cualquiera que fuera su sueño ahora. Sus labios entreabiertos y una ligera pelusa por no afeitarse en sus mejillas. Tierno e irresistible.

No mucho después se despertó, "sintiendo" que yo no estaba dormida, y fue en busca de mi desayuno. Mi primer desayuno que él trajo acabó de "regreso" en la bandeja, por lo que debía ser cuidadosa al comer, pero según el doctor, las nauseas solo eran el primer día así que intentaba no preocuparme. Por la comida, al menos.

Harry me preocupaba demasiado, y la manera en que se acercaba, y la manera en que no se alejaba ante mi locura, o que no se molestaba en mis dramas, sino que quería saber por qué, permaneciendo aquí, intentando averiguarlo. ¿Por qué hacía eso? Había tenído poco novios en mi vida, pero cuando a ellos le hacía una tonta escena de celos, ellos enloquecían y se ofendían, porque yo podía ser una perra odiosa.

Él, en cambio, disfrutaba de cualquier celo que sufriera. Se divertía, pero no por mí, sino por la escena que le creaba. ¿Era cruel, aunque el quería que fuera una chica celosa o realmente sentía que era adorable?

-La cuidaré...- fue la promesa que le oí decir al doctor mientras firmaba mi alta. Me había perdido todo lo demás cuando entré para tomar una ducha, casi vigilada por una enfermera pero aseguré que la próxima vez usaría algo más efectivo para acabar mi vida.

Algo como un corte a las muñecas, porque nadie podría impedir mi muerte si llegaba a encontrarme. No habría lavado estomacal que pudiera con un corte de muñecas.

Y algo estaba diciendome que mis chances por intentarlo nuevamente estaban lejos de mí, pues Harry condujo a mi departamento, balbuceando historias a las que no presté atención y subió conmigo, de una manera muy diferente a la que lo habíamos hecho varias noches atrás.

-¿Te parece bien?- preguntó, creo que por tercera vez y asentí sin ganas hacia él. Ni siquiera sabía de que hablaba y me arrepentí de haber respondido cuando vi una sonrisa creciendo en su rostro.- Te ayudaré entonces, vamos.

-¿En qué me ayudarás?- pregunté deteniéndome en la entrada y él se sonrió, ahora tristemente.

-A empacar, no te quedarás aquí sola.- anunció y abrí mis ojos sorprendida, llamando su atención y haciendo que riera.- Oíste eso, ¿Cierto?

-¿Por qué no puedo quedarme? Esta es mi casa, me siento cómoda aquí.- balbuceé, encogiéndome contra la pared y él sujetó mi mano con fuerza.- Harry, no puedo ir contigo a tu casa, no te conozco, tú lo sabes...

-No voy a secuestrarte, solo quiero verte de cerca mientras... Te recuperas.- explicó y torcí mi gesto, un poco indecisa.- Además, mi casa es muy grande, lo suficiente como para que puedas vivir allí y que ni siquiera notes que estoy ahí.

-¿Vivir allí?- pregunté sorprendida y ahora fue él quien puso los ojos en blanco.

-Es solo un decir, aunque tienes las puertas de mi casa abiertas para ti, cielo.- me aseguró y le sonreí aunque no podía ni siquiera imaginarlo. No podía pensar en que tan grande era su casa, o por qué él me invitaría de esa manera, pero preferí simplemente no pensarlo y ya.

Crazy Little Things In My Head (Crazy Little Things #1) [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora