Mi más grande sueño se volvió realidad, conocí a Alan Rickman pero hay un problema, a pesar de la creencia popular él no es para nada amable, al menos no conmigo, ni siquiera me dirige la palabra. Haré lo imposible con tal que me hable.
-¿Estuviste al borde de la muerte? Alan contesta.-
-¿Quien es la chica?-
-¡Alan! ¡Alan por favor!-
Cientos de cámaras nos rodeaban siendo incapaz de saber de donde provenían tantas luces y personas aclamandolo.
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-¿Estas bien?-
Asentí.
-Solo estoy abrumada, esto es masivo.-
-Alan por favor unas preguntas.-
-Ve amor, te llaman.- Lo alenté.
-Acompáñame.-
-¿En serio?-
Me llevó de la mano.
-Alan, ¿es cierto los rumores de tu estado de salud?- La reportera puso el micrófono en su cara.
-Duro y a la cabeza.- Dije sin pensar.
El reflector me apunto.
Abrí los ojos como platos.
-¿Y tú eres?-
-Yo... uh...perdón es solo que..-
-Una talentosa actriz en ascenso y mi prometida.- Tomo mi mano y la mostró a las cámaras.
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-Vaya que sorpresa Alan, no sabíamos que estuvieras en una relación.- La entrevistadora no cabía de la emoción.
-Mi vida privada siempre ha sido solo mía y de mi familia, siempre he respetado a los paparazzi y espero ese mismo respeto hacia mi prometida.- Dijo seriamente.
-Prometida -repitió- que muchachita tan afortunada.- Dijo con sarna.
-El afortunado soy yo y si eso es todo muchas gracias que ya debemos entrar al teatro.- Se despidió.
-¡Alan!-
Volteamos a ver.
-Su pancita luce preciosa, muchas felicidades a los dos.- Gritó la entrevistadora alzando ambos pulgares en aprobación.-
