Mi más grande sueño se volvió realidad, conocí a Alan Rickman pero hay un problema, a pesar de la creencia popular él no es para nada amable, al menos no conmigo, ni siquiera me dirige la palabra. Haré lo imposible con tal que me hable.
-Buen día Jacob, como siempre un gusto. ¿Ya están todos reunidos?-
-Acaba de llegar el director, pero ya están los mismos de siempre, excepto por la protagonista.- Tomó mi abrigo.
-¿Cómo?-
-Al parecer hubo un problema con Victoria por lo que tuvieron que buscar a alguien más. Una novata.- Susurró lo ultimo.
-Novata.- Repetí molesto.
Asintió.
-Disculpa Jacob, tengo que hablarlo personalmente. Nos vemos más tarde.
-Una novata, ¿pero que le sucede a David? Pensé.
Me vi en la necesidad de hacer una entrada triunfal, si iba a hacer uso de mi nombre, lo haría bien.
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Todos se mostraron maravillados de verme y honestamente estaba más que feliz de estar con mis compañeros de siempre. Terminé de saludarlos a todos cuando me topé con un par de ojos verdes que me miraban expectantes.
Una oleada de calor subió por mi cuerpo hasta alojarse en mi pecho, el tiempo se congeló y pude sentir como todo se iba a acomodando en su lugar. Quería correr hacia ella y tomarla en mis brazos pero no podía, estaba completamente paralizado.
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Mi cerebro no reaccionaba y después de un minuto eterno logré darme la vuelta y huir a mi camerino.
-Ella no lo sabe aún, pero va a ser mi esposa.-
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