-La señora Thompson quiere verla.-
-Dile que no estoy.-
-Dijo que usted diría eso y que le recordara lo insistente y molesta que puede llegar a ser, y que de no recibirla va a acampar en la entrada.-
Solté un suspiro cansado.
-Está bien Martha, hazla pasar, ahorita bajo.-
Puse a Rosie en su cuna, por fin había logrado que se durmiera, pero Mark aún quería seguir jugando, era un torbellino lleno de energía. Tuve que llevarlo conmigo a ver a la sala de estar.
-Gracias por dejarme entrar.- Quiso acercarse a mí pero la detuve con un gesto.
-No me dejaste opción, di todo lo que quieras que no tengo mucho tiempo.- Me senté con Mark en mi regazo.
-¿Puedo?- Hizo ademán de cargar al bebé.
Negué.
Me miró dolida.
-Bien, dime que sucede y hazlo rápido por favor.-
-Alan...
-Solo temas referentes a ti Emma, o me iré.-
-No había notado lo berrinchuda que podías llegar a ser.-
-¿Cómo?-
-Nada.-
Se tomó un tiempo antes de volver a hablar.
-Han pasado dos semanas, no respondes mis llamadas ni mensajes, no sales ni dejas entrar a nadie, me preocupas.-
-Ahora si te preocupas por mí, pero cuando aceptaste ser parte de un secreto para lastimarme ahí si no te importe.- Reproché.
-No es lo que crees, Alan...
-Emma.- Advertí.
-Lo siento pero me vale una mierda tus amenazas, Alan te ama, no hay nada más importante en el mundo que sus hijos y tú, movería mar y tierra por ustedes, sudaría sangre y dolor antes que permitir verte sufrir y créeme que de eso último soy testigo.-
-Alan me engañó, deja de dar la cara por él y enfrenta la realidad, él no me ama.-
-De verdad que no lo entiendes.-Comenzó a negar enloquecida.-
-Despierta Emma, se acabó.-
-¡Se está muriendo!-Gritó.
-¿Qué?-
-Señora la llaman del Hospital General. Es el señor Rickman.-
Se me estrujo el corazón.
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HABLEME MR. RICKMAN
FanfictionMi más grande sueño se volvió realidad, conocí a Alan Rickman pero hay un problema, a pesar de la creencia popular él no es para nada amable, al menos no conmigo, ni siquiera me dirige la palabra. Haré lo imposible con tal que me hable.