Día 361

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-La señora Thompson quiere verla.-

-Dile que no estoy.-

-Dijo que usted diría eso y que le recordara lo insistente y molesta que puede llegar a ser, y que de no recibirla va a acampar en la entrada.-

Solté un suspiro cansado.

-Está bien Martha, hazla pasar, ahorita bajo.-

Puse a Rosie en su cuna, por fin había logrado que se durmiera, pero Mark aún quería seguir jugando, era un torbellino lleno de energía. Tuve que llevarlo conmigo a ver a la sala de estar.

 Tuve que llevarlo conmigo a ver a la sala de estar

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-Gracias por dejarme entrar.- Quiso acercarse a mí pero la detuve con un gesto.

-No me dejaste opción, di todo lo que quieras que no tengo mucho tiempo.- Me senté con Mark en mi regazo.

-¿Puedo?- Hizo ademán de cargar al bebé.

Negué.

Me miró dolida.

-Bien, dime que sucede y hazlo rápido por favor.-

-Alan...

-Solo temas referentes a ti Emma, o me iré.-

-No había notado lo berrinchuda que podías llegar a ser.-

-¿Cómo?-

-Nada.-

Se tomó un tiempo antes de volver a hablar.

-Han pasado dos semanas, no respondes mis llamadas ni mensajes, no sales ni dejas entrar a nadie, me preocupas.-

-Ahora si te preocupas por mí, pero cuando aceptaste ser parte de un secreto para lastimarme ahí si no te importe.- Reproché.

-No es lo que crees, Alan...

-Emma.- Advertí.

-Lo siento pero me vale una mierda tus amenazas, Alan te ama, no hay nada más importante en el mundo que sus hijos y tú, movería mar y tierra por ustedes, sudaría sangre y dolor antes que permitir verte sufrir y créeme que de eso último soy testigo.-

-Alan me engañó, deja de dar la cara por él y enfrenta la realidad, él no me ama.-

-De verdad que no lo entiendes.-Comenzó a negar enloquecida.-

-Despierta Emma, se acabó.-

-¡Se está muriendo!-Gritó.

-¡Se está muriendo!-Gritó

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-¿Qué?-

-Señora la llaman del Hospital General. Es el señor Rickman.-

Se me estrujo el corazón.

Se me estrujo el corazón

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HABLEME MR. RICKMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora