[ Don't be so rude ] [ yuta ]

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—Mi nombre es Nakamoto Yuta, pero para ti soy Oppa. Yuta-Oppa. —sonríe, toma mi mentón y me guiña un ojo.

Se aleja de mi con su caminar de oh si, soy tan genial. No puedo ni quejarme porque para cuando lo quiero hacer ya va demasiado lejos.

Já, debe ser una broma. Este chico que consideraba amable al ayudarme a llegar a la dirección, no es más que un casanova.

Pero digamos que yo no soy exactamente la chica buena de la historia. O por lo menos no en ésta.

¿Que si lo fui? Pues claro, todas somos tontas alguna vez. Hay que aprender de algo, ¿no?

Pero yo pareciera no aprender.

Si hubiera aprendido algo hubiera sabido que ese chico sería una molestia en el trasero a solo un mes de conocerlo.

Hubiera sospechado que por su apariencia podríamos ir al mismo curso. Y por si fuera poco, el que se sienta detrás de mi.

Compañero que pareciera tener como pasatiempo molestarme.

—¿Qué lees? —arrebata el iPhone de mis manos en un ágil movimiento.

—Damelo. —le digo girando mi cuerpo para verlo sentado en su pupitre leyendo ya mi conversación.

—¿Tae-Oppa? —se burla. Y hace una mueca de colegiala enamorada.

—Damelo ya. —me levanto de mi pupitre para quitarle el artefacto de sus manos pero el hace lo mismo.

Se aleja de mi y continua leyendo la conversación. Mierda, no. Todos menos Yuta.

—¿Le canceló la novia? —levanta su mirada y esquiva mi golpe poniendo sus brazos en alto. —Oye tranquila. Solo husmeo un poco. —dice sonando tan relajado pero con esa risilla en su tono que hace que quiera arrancarle la cabeza.

Esquiva algunos de nuestros compañeros de clase y sale del aula.

—¿Le cancela la novia y tu aprovechas a invitarlo?— camina de espaldas para verme tratar de alcanzarlo. No mierda, que deje de leer.

—No te metas Yuta. ¡Yah! Devuélvemelo. —corro hacia el, pero esta vez no me esquiva. Levanta su ceja viéndome con superioridad al leer el último mensaje.

Me entrega el celular con desdén antes de que pueda darle una tacleada y dice —Que patética, esperando el mensaje de alguien que tiene novia.

Hace su camino tranquilo hacia el aula y me deja ahí parada con la rabia y la vergüenza.

Hago presión en mis puños. ¡Maldición Yuta, no tenías que leer esto!

Me enoja que hayas leído, que me tomes del pelo cada vez, me enoja que me hayas dicho patética.

Porque soy patética, pero no tenías que recordármelo.

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Holaaa, yo de nuevo.

Espero mucho mucho que les agrade.