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—Yuta. —lo llamo cuando el reloj ya marca las 3;00pm y la mayoría de los alumnos corren fuera del colegio. No hay respuesta de su parte.

Me giro para ver que efectivamente sí esta detrás mio. —Yuta. —paso mi mano frente a su cara. Desvía la mirada. —Oye, Yuta, no hay tiempo que perder.

Suelta un suspiro y se levanta de su asiento. —¡Yuta!, vamos a comer, ¿vienes? —pregunta un chico tailandés, la verdad nadie sabe pronunciar su nombre así que prefiere que lo llamen Ten.

—Claro. —toma su mochila.

No, no, no. Tenemos que quedarnos. Me levanto de mi asiento y corro a su lado para sujetarlo del brazo. —Yuta, debemos quedarnos. Ya vamos tarde.

—¿Escuchaste algo Ten? —se suelta de mi agarre y se lleva su mano a la oreja. Idiota, parece un mandril haciendo eso. —Para ciertas personas no soy sólo Yuta.

—¿De qué estás hablando? —Ten pone su peor cara de confundido y yo logro entender todo.

—Agh, debes estar bromeando. —suelto su brazo y lo miro mal.

—Bueno, Ten —remarca su nombre— vayamos a comer. —pone su estúpida sonrisa y me pasa de largo.

—Si sigues haciendo el idiota nos ponen una hora más.

Ten parece divertido por la situación —Muy bien, vamos —me mira riéndose. Y la japonesa tonta da un paso más.

Si nos demoramos más nos van a poner castigo extra, mierda.

—Yuta. —lo tomo por la parte trasera de su camisa. —Escucha bien idiota,  —digo acercándome mucho a su espalda y levantando mi cabeza para poder llegar a alcanzar su oído. Huele bien.—Solo lo voy a decir una vez —le susurro a dientes cerrados— Senpai.

—¿Qué dijiste? —se gira haciéndonos quedar en una posición incomoda. Yo casi perdiendo el equilibrio por haberme puesto de puntillas para poder hablarle al oído y él con su arrogante sonrisa en la cara. —No escuché.

—Idiota. —doy un paso atrás. —Ya lo escuchaste. Sabes que no va haber otra vez. —Lo tomo de las tiras sueltas de su mochila y lo halo tras de mi. —Ten, la japonesa no va a poder acompañarte.

—¿Cuál es tu nombre? —me pregunta ocultando  su sonrisa tras su mano.

—Park Eun Ri. —le digo son detener mi paso o de halar de Yuta. —Un gusto  —Salimos de salón, suelto el agarre y continuamos.

—Por favor, tengan cuidado, no quiero a ninguno de ustedes dañado. Y no vuelvan a saltarse clases, odio idear castigos. —dice la subdirectora en tono cansado, imagino que ha de castigar a algunos alumnos por día. Se va sin siquiera vernos una vez más y quedamos nosotros con baldes, trapos, liquidos de limpieza y más trapos.

Tomo un trapo y lo sumerjo en el agua que contiene una mezcla extraña de esos liquidos, lo paso por el vidrio con total desinterés. Yuta repite la acción. Un asco quedarse luego de clases a limpiar ventanas.


—Ten más cuidado. —cierro los ojos con fuerza y limpio una gota que salpicó en mi mejilla porque el bruto de Yuta golpea el vidrio con el trapo en lugar de limpiar. —Vas a provocar un desastre.

Le doy la espalda al vidrio y me agacho para mojar el trapo nuevamente.

—No quiero. —dice cuando me levanto. Camina y queda frente a mi. —¿Vas a obligarme? —pone su mano a un costado de mi cabeza, en el vidrio.

Mierda. Es demasiado cerca, demasiado en un día.

—Muévete, necesito limpiar e irme a casa —esquivo el contacto visual.

—Es más divertido molestarte que limpiar.

Toma mi menton y me obliga a verlo, extrañamente su toque no es hostil, es un tanto delicado. Fijo la mirada en sus ojos e intento moverme del lugar pero interpone otro brazo entre la ventana y mi persona, quedando este en mi cintura.

—¿Qué tenemos aquí? —examina mis labios. —Una mordida —se acerca a mi oído y susurra —A Seun no le va a gustar esto. —posa un dedo sobre mi labio. Mi corazón no se encuentra bien
Esta es mucha cercanía, incluso si solo veo a Yuta como un idiota (por que es todo lo que es), el acercamiento físico es demasiado.

—¿Quién es ella para decir qué y qué no le gusta de mi? —por alguna razón también hablo en susurros.

—Ambos sabemos quién hizo la marca. Y que no es de una buena manera como se lo tomaría la novia.

Auch.

Aparto a Yuta y me hago a un lado. Siento un nudo en la garganta. ¿Por qué siempre toca mi fibra más sensible?

—Termina de limpiar Yuta. —poso en trapo de nuevo en la ventana pero esta vez froto con más ganas, ya no quiero seguir aquí.

—Oye, no te enojes, solo hice un comentario. Inocente, no cómo otras cosas.

Ahora mi corazón también late con fuerza, pero no es por nervios, es por ira.

—Mira, no te metas, no hagas comentarios, no opines nada...

—Yo me refería a muchas cosas en el mundo, como la delincuencia, violencia, robos de personas.

O el robo de tu cerebro.

—O el de tu valoración propia.

A la mierda. El nudo en mi garganta crece. No digo nada y me giro a seguir con la tarea. Yuta es peor que mi conciencia, es más sádico.

En 15 minutos de silencio sepulcral terminamos de limpiar. Me toma 2 minutos guardar los materiales y cuando por fin estoy por bajar los últimos escalones para poder ir a mi casa me encuentro con la linda pareja antes nombrada.

—No vayas a llorar. —dice en tono de burla cuando pasa a mi lado. Estúpido Yuta.

Taeyong está pasando su brazo por la cintura de Seun, quien ríe risueña, mientras Taeyong hace contacto visual conmigo.

Remuevo mi flequillo haciendolo un desastre y sigo caminando. No hace falta nombrar mis ganas de llorar y de salir corriendo.

Yuta se gira y me saluda tan sonriente en forma de despedida. Se burla cada vez que puede de mi. Cada vez.
Paso mis dedos por el lugar en mis labios donde Yuta tocó. ¿Por qué gusta de molestarme tanto?

Al llegar a casa tengo menos ánimos que nunca y por una vez agradezco ser hija única e hija de padres divorciados. Mi madre nunca está en casa así que puedo sentirme miserable desde el momento que cruzo la puerta y dejo las llaves en el tazón de la entrada.

Tomo mi celular y al instante la pantalla se ilumina.

Yuta: Tu senpai se preocupa por ti, ¿llegaste sin llorar? Digo, ¿llegaste bien?

Idiota. Yuta es un idiota.

Uno que me pone de los nervios.

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[ Don't be so rude ] [ yuta ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora