[ Don't be so rude ] [ yuta ]

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El cuarto de Yuta luce en verdad sacado de un amine. La mesita del centro sobre la alfombra y todo. Me dedico a observar en lugar de detenerme a pensar en chico de mirada profunda sentado con la cama con los brazos hacia atrás. Esa imagen daña mis células.

Figuras de acción, ejemplares de manga y comics, una repisa con un par de trofeos de fútbol y un par de fotos del pequeño Yuta con medallas, las cuales cuelgan de la pared. Todo muy ordenado y dejando saber a simple vista que Yuta tiene talento.

-¿Por qué no fuiste a clases? -me paseo sin titubear por la estancia observando fotos y figuras de acción en las repisas de la habitación azul.

-Mi hermana se acaba de mudar de Japón así que me quedé a ayudarle mientras Jae, um bueno se ponía al día de sus estudios y mis papás trabajaban.

-Oh... Que buen hermano. -me detengo frente a la foto de un Yuta de al menos siete años haciendo una pose extraña, una pose de ninja, imagino. -Hoy tuvimos examen de gramática, además de las actividades escritas, no te has perdido de mucho. -digo con sarcasmo.

-Envíe mi parte. -mis poros se erizan. Definitivamente era una pose de ninja y eso explica el porque no sentí su presencia detrás de mi hasta que hablo. -¿Vas a evadir el tema por más tiempo o qué?

Mi poca valentía y yo giramos a su encuentro.

-¿Qué tema?

Pasa la lengua por la mejilla interna. Es divertido verle enojado, pero no lo hago por eso, en verdad necesito que hable sin rodeos.

-El tema es que si vamos a seguir dándole vueltas al asunto o me vas a decir si ya dejamos de jugar a ser amigos y comenzamos a salir.

Realmente puedo sentir el aire escaparse de mis pulmones. No quería rodeos, pero eso es lo más directo que pudo ser. ¿Como quiere que reaccione si lo dice de golpe?

Una mano se posa en la repisa, al lado de mi brazo. Yuta se inclina con esa sonrisa que demuestra que sabe que estoy nerviosa, que sabe que su meta va a ser completada dentro de poco. Esa sonrisa que en algún momento me empezó a poner nerviosa y ansiosa; y eso me gustó.

-Eso me pregunto yo.

Su cuerpo inclinado de mueve más y deja casi un nulo espacio entre nuestras caras.

-Te dejé a ti la libertad de decidir.

Se parta y va a sentarse en la silla de escritorio al lado de la ventana. Estira una mano y toma su porción de tartaleta.

-¡Umm! Delicioso. -se limpia los bordes de la boca con sus dedos y luego lame la jalea directo de ellos.- ¿No vas a probar, Eun?

Obligo a mi cuerpo a reaccionar y tomar mi plato para luego sentarme frente a Yuta, en el borde de su cama.

Se estira, pasando su brazo cerca de mi, toma la taza de té, lo prueba, lo deja en la mesa y come más tartaleta. Todo sin dejar de observarme.

No nervios,
no nervios.

Estoy fallando.

Tomo la cuchara y pruebo del postre.

-¡Ah, par dias! -hablo con mis mejillas casi llenas cuando tengo que meter otra para degustar.- ¡Es delicioso!

-¡Verdad que sí!

Nos giramos con los ojos a tope. ¡¿Cuánto tiempo lleva su hermana aquí?! Trago con dificultad.

-¿Sabes? Muchos pensarían que es alguna super receta japonesa, porque lo preparé yo; pero es una receta americana. -se sienta en la cama, a mi lado.- El secreto es la jalea de cereza.