3. "Malos" pensamientos

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Judy se había planteado muy seriamente no presentarse en la oficina en lo absoluto

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Judy se había planteado muy seriamente no presentarse en la oficina en lo absoluto.


Imaginar la expresión enfadada de Eileen le robó un par de risitas divertidas, que hicieron que esa idea se viera tentadora por un rato. Sin embargo, mientras el viento nocturno le golpeaba la cara de camino a casa, decidió que no sería muy conveniente en realidad.


En primer lugar, por Beatrice. Ya le había dicho, en una de sus tantas visitas dentro de esa semana, que no era necesario "plantarle una escena" a su prometida por su causa, pero su hermana mayor no había querido oírla.


—Lo que hizo estuvo muy fuera de lugar—había dicho, con tono inflexible, negando levemente con su cabeza—. Y es necesario que lo sepa.


Judy no quiso inmiscuirse más en la relación de su hermana, así que simplemente guardó silencio porque le parecía lo más sensato. Cuando se despidió de sus amigos en la puerta de su casa, ya había decidió que no iba a faltar a su encuentro.


¿Quién sabe?, pensó con una diminuta sonrisa mientras caía rendida sobre su desordenada cama. Tal vez sí podemos ser amigas.

Despertó  cerca de las once de la mañana, y luego de desayunar muy tranquilamente  junto a sus padres, se dio cuenta de que en menos de cuarenta minutos  debía encontrarse con su cuñada

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Despertó cerca de las once de la mañana, y luego de desayunar muy tranquilamente junto a sus padres, se dio cuenta de que en menos de cuarenta minutos debía encontrarse con su cuñada.


Apresurada y descuidadamente, se duchó y vistió antes de salir a tomar el autobús, aún con el cabello rosado algo húmedo.


Sus padres le habían dicho una y mil veces que no necesitaba usar el transporte público. En su cumpleaños número dieciocho, de hecho, le habían regalado un bonito auto nuevo. Era color rosa, incluso, conscientes de cuanto amaba ese color.


Pero ella se había negado a usarlo, y en su lugar, se lo había regalado a sus mejores amigas Janet y Amy. Esas dos "locas", como a ella le gustaba llamarles, eran un par de hermanas que había conocido en una de sus primeras salidas nocturnas.

¡Vamos, Eileen!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora