11. Labios dulces

956 71 79
                                    

—¿Estás segura de que es una buena idea? Acabas de salir del hospital

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Estás segura de que es una buena idea? Acabas de salir del hospital...


Eileen pudo ver a Judy rodar los ojos ante sus palabras, pero realmente no le importó mucho. La muchacha le acababa de contar que sus amigas la llevarían a una fiesta "muy chida" la noche del viernes, y ella no podía evitar preocuparse.


—Estaré bien—repuso la chica, con tono de ligero fastidio, aunque lograba disimularlo bastante—. En serio, he pasado por esto tantas veces...


—Eso no quiere decir que siempre vaya a salir como lo esperas—interrumpió Eileen, aunque casi enseguida se reprendió mentalmente, negando con su cabeza—. Pero supongo que tú te conoces mejor que yo. Espero que disfrutes tu fiesta.


Judy tuvo que esforzarse para no soltar una risita. La expresión que su cuñada había adoptado se le hacía bastante graciosa, a pesar de parecer enfadada sin duda alguna. Suspiró hondo, caminando junto a ella hasta que llegaron al pequeño parque de siempre.


Sólo cuando tomaron asiento sobre una banca ya familiar para ellas, tuvo una idea que le robó una pequeña sonrisa.


—Si tanto te preocupa... puedes venir con nosotras y ver que no es para tanto.


Eileen se mantuvo en silencio por unos momentos, viéndola con una ceja arqueada. Parecía que su cerebro estaba tomándose el tiempo necesario para procesar lo que acababa de oír. Finalmente soltó una risa entredientes.


—No estás hablando en serio, ¿verdad?—cuestionó, aunque al recibir una mirada expectante por parte de su acompañante, parpadeó rápidamente—. Oh, pero si hablas en serio...


—¡Claro que hablo en serio!—repuso Judy con una carcajada alegre, encogiéndose de hombros ligeramente—. Déjame decirte, no te vendría mal un poco de diversión.


—¿Me estás llamando aburrida?


—Sí, eso mismo.


Eileen intentó mostrarse ofendida ante esas palabras, pero apenas se las arregló para soltar un pequeño bufido. Judy soltó otra risa escandalosa como respuesta, negando ligeramente con su cabeza.


—Sólo era una idea, Eileen—continuó entonces, encogiéndose de hombros ligeramente con un pequeño suspiro—. No tienes que venir si no quieres... además probablemente tienes muchas cosas que hacer... olvídalo.

¡Vamos, Eileen!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora